La cantante hizo un triunfal regreso en la apertura de los Juegos Olímpicos de París 2024, estoica, impecable y admirable
Céline Dion hizo un regreso espectacular al escenario mundial durante el cierre de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024, en lo que fue su primera actuación desde 2020, año en que le fue diagnosticado el «Síndrome de la Persona Rígida», una rara enfermedad neurológica. La aparición de la icónica cantante canadiense fue uno de los momentos más esperados del evento, celebrado al pie de la emblemática Torre Eiffel tras el encendido del pebetero olímpico.
La actuación de Dion impactó a la audiencia. Fue un cierre como debía de ser y puso la cereza que faltaba. Interpretó «L’Hymne à l’amour», una célebre canción de la legendaria Édith Piaf. Vestida con un elegante traje de Dior, Céline ofreció una interpretación emotiva y poderosa, destacando por su rango completo de movimiento y gesticulaciones expresivas, un francés impecable y una voz prodigiosa mientras sostenía el micrófono con la mano izquierda.
El regreso de Dion no solo subrayó su resiliencia y talento, sino que también se convirtió en un momento histórico para la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos. Su actuación resonó profundamente con el público, aportando una nota de emoción y grandeza al inicio de los Juegos en la capital francesa.
Dion, quien ya había dejado huella cuando participó en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 con su canción «The Power of the Dream», escrita y producida por David Foster, Linda Thompson y Babyface, reafirmó su estatus como una de las artistas más influyentes del mundo con esta destacada presentación en París.