El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) celebró la aprobación de la Ley Paola Buenrostro por el Congreso de la Ciudad de México.
Esta reforma modifica varios ordenamientos locales, incluyendo el Código Penal, el Código Civil, la Ley Orgánica de la Fiscalía General y la Ley de Víctimas, con el objetivo de sancionar penalmente la violencia transfeminicida que enfrentan las mujeres trans debido a su identidad y expresión de género.
Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), estas violencias buscan «castigar» identidades, expresiones o comportamientos que desafían las normas y roles de género tradicionales o el sistema binario hombre/mujer.
El Conapred, organismo descentralizado de la Secretaría de Gobernación (Segob), destacó que la violencia transfeminicida deshumaniza a las personas trans como resultado de múltiples contextos de discriminación y exclusión social que experimentan desde temprana edad.
De acuerdo con la última Encuesta sobre Discriminación por motivos de Orientación Sexual e Identidad de Género (Endosig), el 31.7% de la población encuestada mencionó haber abandonado su hogar debido a su identidad de género y problemas familiares relacionados. Asimismo, el 39.4% reportó rechazo por parte de su padre y el 38.9% por parte de su madre al manifestar su identidad de género.
Las personas trans a menudo son excluidas de sus hogares y comunidades por su identidad y expresión de género, lo que las lleva a formar entornos afectivos conocidos como familias sociales. Estas familias son ahora reconocidas en las reformas aprobadas, facilitando la gestión de diversos trámites como la expedición del acta de defunción, en consonancia con el Protocolo Nacional de Actuación para el Personal de las Instancias de Procuración de Justicia del País en casos relacionados con la orientación sexual o identidad de género.
El Conapred reafirmó su compromiso con las personas de la diversidad sexual y de género, promoviendo en todas las entidades federativas la creación de una legislación que combata las prácticas discriminatorias que enfrentan desde edades tempranas por motivo de su orientación sexual, identidad y expresión de género.
Para construir una sociedad inclusiva, es esencial comprender que, aunque somos diferentes, todos y todas somos iguales en derechos.
