Al día siguiente del intento de asesinato, el expresidente estadounidense Donald Trump hizo un llamado a la unidad y la resiliencia, mientras el mundo político se estremecía por el suceso que lo dejó herido pero “bien”, y en el que murieron el tirador y uno de los asistentes.
El virtual candidato presidencial republicano declaró que la parte superior de su oreja derecha fue impactada en el tiroteo. Sus asesores indicaron que Trump estaba “de buen ánimo” y en buen estado de salud.
“Supe inmediatamente que algo andaba mal porque escuché un zumbido, disparos e inmediatamente sentí la bala atravesando la piel”, expresó en una publicación en su red social Truth Social. “Hubo mucho sangrado”.
Posteriormente, Trump escribió que “solo Dios evitó que ocurriera lo impensable”.
“En estos momentos, es más importante que nunca que sigamos unidos, y que mostremos nuestro verdadero carácter como estadounidenses, permaneciendo fuertes y determinados, y que no dejemos que gane la maldad”, añadió Trump.
Identifican al tirador
El FBI identificó al tirador como Thomas Matthew Crooks, de 20 años, residente en Bethel Park, Pensilvania. La agencia señaló que la investigación sigue en curso.
Agentes del Servicio Secreto abatieron a Crooks, quien disparó desde una posición elevada, afuera del lugar de la concentración en una feria agrícola en Butler. Al menos un hombre presente en el acto de campaña murió y otros dos resultaron gravemente heridos, según las autoridades.
Los investigadores creen que el padre de Crooks compró el arma hace al menos seis meses. Los agentes federales intentan determinar cuándo y cómo su hijo obtuvo el arma y recopilar información adicional sobre Crooks para identificar su motivación para disparar.
Fuentes policiales revelaron que la policía halló materiales para fabricar bombas en la casa y el vehículo del sospechoso del tiroteo. Por el momento se desconocen las inclinaciones políticas de Crooks. Documentos muestran que estaba registrado como votante republicano en Pensilvania, pero reportes federales de financiación de campañas también indican que donó 15 dólares a un comité de acción política progresista el 20 de enero de 2021, el día en que el presidente Joe Biden asumió el cargo.
Las autoridades recuperaron un fusil tipo AR en el lugar del incidente. Este hecho se convierte en el intento más serio de asesinar a un presidente o candidato presidencial desde que Ronald Reagan fue baleado en 1981, en medio de una atmósfera política profundamente polarizada en Estados Unidos, a menos de cuatro meses de las elecciones presidenciales. Podría alterar la postura sobre seguridad en la Convención Nacional Republicana, que comenzará el lunes en Milwaukee. Los organizadores anunciaron que el evento se desarrollará según lo planeado.
Trump viajó a Nueva Jersey tras acudir a un hospital local en Pensilvania y aterrizó poco después de la medianoche en el aeropuerto internacional Newark Liberty. Un video publicado por un asesor mostraba al expresidente bajando de su avión privado rodeado por agentes del Servicio Secreto y miembros fuertemente armados del equipo de contraataque de la agencia, una inusual demostración de fuerza de su escolta.
El presidente Biden fue informado sobre el hecho y habló con Trump varias horas después del incidente, de acuerdo con la Casa Blanca.
“No hay cabida en Estados Unidos para este tipo de violencia”, dijo Biden públicamente. “Es enfermizo. Es enfermizo”.
El incidente recuerda los peligros de hacer campaña, que adquirieron una nueva urgencia después del asesinato de Robert F. Kennedy en 1968 y el atentado contra George Wallace en 1972. Los presidentes, particularmente después del asesinato de John F. Kennedy en 1963, tienen niveles de seguridad aún mayores. Trump es una rareza como expresidente y como actual candidato.
El hecho fue un recordatorio de la violencia política que sigue sacudiendo a Estados Unidos.