La directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, Kimberly Cheatle, ha sido convocada para testificar el 22 de julio tras el reciente ataque sufrido al expresidente Donald Trump durante un mitin político en Butler, Pennsylvania.
La citación fue enviada por James Cormer, director de Supervisión y Rendición de Cuentas del Congreso, quien compartió la carta en su cuenta de X.
Cormer elogió la valentía de los agentes del Servicio Secreto presentes en el evento, destacando su rápida respuesta al neutralizar al agresor y proteger tanto a Trump como al público, con solo dos víctimas mortales hasta el momento.
No obstante, se ha cuestionado la efectividad del Servicio Secreto, dado que no impidieron que un francotirador armado se posicionara a solo 150 metros del podio donde hablaba el presidente, en un tejado que estaba a una distancia de 163 yardas. Expertos en seguridad han señalado que esa distancia es alcanzable con armas fácilmente disponibles en el mercado estadounidense.
Considerando que el mitin de Trump estaba programado con antelación, muchos se preguntan por qué los agentes del Servicio Secreto no realizaron una búsqueda exhaustiva del área para mitigar riesgos de un atentado como el ocurrido.