Hoy cumple 62 años quien será la próxima presidenta de México, en su casa de transición todo es felicidad, en los círculos de Morena, después del triunfo todo es felicidad para, por lo menos, 36 millones de mexicanos que votaron en la pasada elección y vieron cristalizado su triunfo, todo es felicidad. El presidente, los duros de la 4T, los no tan duros y en general todos los que apoyan al movimiento, hoy son felices.
Esa felicidad no es otra cosa que esperanza, esperanza de los que votaron y ganaron, de los que apuestan por la continuidad, pero también del resto de los mexicanos que hoy también deben estar representados por la del cumpleaños.
Los mexicanos en el ejercicio democrático decidieron, pero ese proceso ya pasó, hoy Claudia es de todos y para todos, será la presidenta de todos los mexicanos y deberá de gobernar para eso, tendrá que entender que no todos estarán de acuerdo con ella, que muchos quisieran cosas diferentes, pero en su responsabilidad hará lo mejor para que nos vaya bien a todas y a todos.
Las elecciones en México nos dejan muchas enseñanzas y confirman algunas teorías ampliamente discutidas.
Los votantes esperan al día de la elección para mostrar su apoyo y votar, en su gran mayoría lo hacen motivados por el sentimiento, cualquiera que sea el rumbo de su voto, emiten su sufragio por sentimientos.
Puede ser que de agradecimiento, enojo, esperanza e ilusión, pero al fin, por sentimientos; y si bien no en todos los casos ni en todas las elecciones, por sentimientos generados por el propio candidato.
Esta elección da a la población, esperanza e ilusión…
Un país más seguro, con mayores oportunidades, con igualdades palpables y donde el gobierno lo hará para todas y para todos, eso es lo que los ciudadanos esperan.