México está avanzando en el desarrollo de su propia tecnología para la exploración aeroespacial, según lo afirmado por Mario Alberto Mendoza Bárcenas, experto del Instituto Politécnico Nacional (IPN). Este avance se refleja en el proyecto ‘Emidss-6’, que participará en la primera misión suborbital mexicana.
El objetivo es cambiar la percepción de que México simplemente ensambla tecnología aeroespacial y promover proyectos que nos permitan ser pioneros en nuestra propia tecnología. Mendoza Bárcenas, líder de la misión, destaca la necesidad de que nuestra industria evolucione de ser meros usuarios a ser desarrolladores activos en el campo.
El ‘Emidss-6’, creado por el equipo del IPN en colaboración con la UNAM, será lanzado el 31 de diciembre hacia la estratósfera, gracias al apoyo de la NASA y la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Esta misión se llevará a cabo desde la Base McMurdo en la Antártida y durará entre 15 y 20 días, durante los cuales el módulo dará una vuelta completa alrededor de la Tierra.
La participación del IPN en este proyecto es el resultado de una colaboración iniciada en 2019 con la NASA. Esta relación ha permitido avanzar desde el ‘Emidss-1’ hasta el ‘Emidss-5’ y recibir la invitación para participar en la misión antártica.
El proyecto ‘Emidss-1’ fue el primer paso en esta colaboración, lanzado en 2019 como una plataforma tecnológica para experimentos en vehículos espaciales. Posteriormente, surgieron los proyectos ‘Emidss-2’, ‘Emidss-3’ y ‘Emidss-4’, cada uno con mejoras y aprendizajes acumulados.
La misión hacia la Antártida representa un desafío adicional debido a las condiciones extremas de temperatura y radiación solar. El ‘Emidss-6’ estará equipado con cámaras de alta resolución para identificar contaminantes en el aire, como microplásticos, lo cual es crucial para comprender el impacto en la salud humana y el calentamiento global.
Aunque México aún depende de tecnología extranjera en estos proyectos, el objetivo a largo plazo es ser autosuficientes en este campo. Esto implica no solo la integración de componentes extranjeros, sino también el desarrollo de tecnología nacional para reducir la dependencia externa.
En resumen, el desarrollo del ‘Emidss-6’ y su participación en la misión antártica marcan un hito en el camino de México hacia la autonomía en tecnología aeroespacial. Aunque el camino es largo y requiere inversión y esfuerzo, representa un paso importante hacia la soberanía tecnológica del país.
