A pesar de que los sismos son una realidad en México, los mexicanos siempre temen que un temblor de gran magnitud ocurra en septiembre, el mes en el que se han registrado los terremotos más devastadores en la historia del país.
El 19 de septiembre de 1985, un terremoto de magnitud 8.1 sacudió la Ciudad de México y causó la muerte de más de 10 mil personas. El 19 de septiembre de 2017, un terremoto de magnitud 7.1 y su réplica de 7.6 provocaron la muerte de más de 369 personas en el centro y sur de México.
Estos eventos han dejado un profundo trauma en la población mexicana, que recuerda con tristeza los miles de muertos, heridos y desaparecidos. Por ello, el mes de septiembre se vive con cierto temor, pues siempre existe la posibilidad de que un nuevo sismo ocurra.
Para mitigar el miedo, el gobierno federal organiza simulacros de terremotos en todo el país. Además, se realizan campañas de prevención para que la población sepa cómo actuar en caso de un sismo.
Sin embargo, el miedo a los sismos es una emoción natural que no se puede eliminar por completo. Los mexicanos viven en un país sísmicamente activo y siempre existe la posibilidad de que un nuevo terremoto ocurra.
Por ello, es importante que la población esté preparada para actuar en caso de un sismo.
Por Patricio Álvarez.