Nogales, Arizona – Un informe reciente de la Iniciativa Kino para la Frontera revela que más del 44% de los migrantes deportados en los últimos tres meses por la frontera de Arizona llevaban más de diez años viviendo en Estados Unidos. El estudio, basado en una encuesta a 278 personas, también encontró que al menos el 40% de los deportados dejó a un familiar cercano, como esposa, hijos o padres, en el país.
El reporte, titulado «Ni Siquiera Me Dejaron Decir Adiós», señala que una de cada dos expulsiones fue resultado de operativos en calles o en cortes de inmigración, llevadas a cabo por agentes de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE). Varios de los encuestados denunciaron haber sido maltratados durante las redadas.
Otro 33% de las deportaciones se debió a la cooperación entre agencias locales y ICE, donde el proceso de expulsión inició con la detención del migrante por una simple infracción de tráfico.
Perfil de los deportados y el impacto en sus familias
La mayoría de los migrantes encuestados no solo reportaron tener una larga estancia en Estados Unidos (un 8% afirmó haber vivido allí por más de 30 años), sino que también lamentaron el impacto que su deportación tendrá en sus familias.
Los arrestos se concentraron en Arizona (60%), aunque también se registraron en otros estados como California, Florida, Nevada y Texas. Estas cifras se dan en un contexto de un incremento en las redadas y deportaciones, una política que ha sido impulsada por el gobierno del presidente Donald Trump desde su regreso a la Casa Blanca en enero. Según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), en mayo se reportó un promedio diario de 3,800 detenciones de migrantes.