El sueño de la casa propia es una aspiración que se aleja cada vez más para los jóvenes mexicanos. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2022, solo el 57.1% de las viviendas particulares habitadas en México eran propias, pagadas o en proceso de pago. De este porcentaje, solo el 20.5% eran propiedad de personas de 25 a 34 años.
Los principales factores que dificultan el acceso a la vivienda propia para los jóvenes son los altos precios de la vivienda, la falta de acceso a créditos hipotecarios y la inestabilidad laboral.
El precio promedio de la vivienda en México se ha incrementado en los últimos años. En 2022, el precio promedio de una vivienda nueva en la Ciudad de México era de 1.9 millones de pesos, mientras que en Monterrey era de 2.2 millones de pesos.
Los jóvenes suelen tener ingresos más bajos que los adultos, lo que dificulta que puedan ahorrar lo suficiente para un enganche de un crédito hipotecario. Además, las instituciones financieras suelen exigir a los jóvenes un historial crediticio sólido, lo que puede ser difícil de obtener si no han tenido la oportunidad de adquirir deuda en el pasado.
Por último, la inestabilidad laboral también dificulta el acceso a la vivienda propia para los jóvenes. Si un joven pierde su trabajo, puede tener dificultades para hacer los pagos de su hipoteca.
Para mejorar el acceso a la vivienda propia para los jóvenes, es necesario tomar medidas para reducir los precios de la vivienda, facilitar el acceso a créditos hipotecarios y promover la estabilidad laboral.
Algunas posibles medidas incluyen:
- Implementar programas de subsidios para la adquisición de vivienda.
- Fomentar la construcción de vivienda social.
- Reducir los requisitos para obtener un crédito hipotecario.
- Promover la creación de empleos de calidad.
- Tomando estas medidas, se podría ayudar a que más jóvenes mexicanos puedan cumplir su sueño de tener una casa propia.
Por: Patricio Álvarez.
