El estado de Guerrero se encuentra en medio de una devastación considerable a raíz del paso del huracán Otis. Según las últimas actualizaciones, el número de víctimas fatales ha aumentado a 54, de las cuales 47 se registraron en Acapulco y 5 en el municipio de Coyuca de Benítez. Además, las autoridades continúan en la búsqueda de 36 personas desaparecidas.
La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana confirmó la causa probable de las muertes como «asfixia por sumersión». A pesar de los esfuerzos de recuperación, la situación sigue siendo desafiante, con más de 220,000 viviendas afectadas, un 80% de la infraestructura hotelera dañada, dos hospitales impactados y un considerable daño en el sector eléctrico, que incluye 37 líneas de transmisión fuera de servicio, 26 subestaciones y 10,000 postes de luz caídos.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha instado a intensificar las labores de búsqueda y rescate, así como a proporcionar asistencia a las familias afectadas. Aunque se espera que la situación mejore en los próximos días con la restauración del suministro eléctrico y de combustible, las áreas periféricas de Acapulco siguen luchando con la falta de alimentos, agua potable y servicios básicos.
Las labores de limpieza y seguridad se están llevando a cabo de manera intensiva, con 15,000 militares presentes en la región para evitar actos de saqueo y mantener el orden. Asimismo, se ha anunciado el despliegue adicional de 5,000 efectivos de la Guardia Nacional para garantizar la seguridad en la zona.
A pesar de la situación adversa, la colaboración de miles de militares, empleados públicos y voluntarios ha permitido el flujo gradual de la ayuda humanitaria, así como la evacuación de cientos de turistas varados en la región. Se espera que los esfuerzos de recuperación continúen en los próximos días para brindar un alivio sostenible a los afectados por esta tragedia natural.
Por: Ingrid Castillo