Eran las 12 del día y las calles cercanas al Centro Histórico de la Ciudad de México ya estaban abarrotadas. A un costado de la Alameda, un hombre con una bocina pasaba cerca y permitía escuchar los ritmos de “La parabólica”, una cumbia popular. Al otro lado, puestos para comer recibían a decenas de comensales, prestos para digerir algo antes de acercarse al Zócalo: “hoy está más concurrido que de costumbre”, dice la mujer que atiende uno de aquellos comedores itinerantes.
“Venimos de Chiapas, de la capital”, contesta don Vicente cuando La Torre News le pregunta que desde dónde acompañaba. Quiere conocer, junto a su familia, con la que está sentado, el Monumento a la Revolución. Pero primero, ir a apoyar a “la Doctora Sheinbaum”: “para eso vinimos”. Desde las estaciones del Metrobús Hidalgo, un capitalino insiste un par de veces: “son acarreados”.
Los acarreados, en los noventas del PRI, no solían sonreír. Los acarreados del gobierno de Enrique Peña Nieto eran alimentados con tortas que los mismos organizadores llevaban, porque solían caminar del camión al mitin, del mitin al camión. Estos “acarreados”, al parecer, son distintos. Estos acarreados, según parece, no vienen forzados: acudieron a las calles, con 27 grados centígrados encima, según parece, por voluntad. Pero no lo sabemos. Quizá nos falta avanzar.
Júbilo en el aire
Una avenida Juárez llena de gente, aunque no abarrotada. Peluches, camisetas, gorras, chamarras y hasta el último libro de Andrés Manuel López Obrador. Ondean banderas de apoyo a Claudia Sheinbaum junto a algún otro nombre: Azucena Cisneros, dicen algunas; otras, Armando Contreras. Llegando a Bellas Artes, un gran lienzo LGBTTTIQ+ y la leyenda “Estado de México”, junto al nombre de la Exjefa de Gobierno dan la bienvenida a una abarrotada 5 de Mayo que recuerda cómo luce aquella calle cuando hay marchas multitudinarias. Solo que esta vez no hay gritos de exigencia, no se siente enojo: hay júbilo; se percibe alegría.
Así comienza el primer trayecto al encuentro con la apertura de campaña de Claudia Sheinbaum. Un Centro Histórico lleno de gente; un ambiente lleno de emociones, casi como aquel que es posible identificar cuando se llega a un partido de fútbol. La Torre News le pregunta a las personas que caminan si “son acarreados”: la respuesta no solo es que no, es que resulta ofensivo; “Es un honor estar con Claudia hoy”, nos responden mientras siguen caminando.
Un Zócalo que, faltando tres horas para dar oficialmente por inaugurada la “Fiesta de la democracia”, ya está bastante lleno. Una bandera de México ondea en lo alto y, alrededor, varias que hacen alusión a los sindicatos de electricistas, de petroleros y a diferentes sectores del Magisterio organizado en el país.
La Torre News se acerca a preguntarles que cómo relacionan la razón de su presencia con lo propuesto por “la Cuarta Transformación”: revolución de las conciencias; escucha a la gente; presencia de Sheinbaum en comunidades purhépechas, nos responden. “A la gente del PAN no le importan sus propias familias: ¿por qué les importarían las nuestras?”, responde D., una persona no binaria que tiene una bandera LGBTTTIQ+ al frente y que advierte que, con las administraciones morenistas, la comunidad lésbicogay ha tenido acceso a servicios de salud como nunca antes había pasado.
No hay espacio para el retroceso
27 grados centígrados con un Sol quemante. Ya son las 4. La ansiedad crece, al igual que la sed y las ganas de saber cuándo llegará Claudia Sheinbaum. En el espacio inmediato al templete donde habrá de colocarse la candidata (amurallado por bardas de metal), comienzan a reunirse cada vez más personas.
Antonio Attolini pasa constantemente a saludar a las personas más allá de las vallas. Santiago Nieto se acerca a platicar con el área de prensa que no es posible que “un criminal” como Francisco Javier García Cabeza de Vaca continúe en la vida pública de México. Aparece Pedro Kumamoto y contesta a varias preguntas; dice que “si las encuestas fueran tan preocupantes, ¿por qué tomarían los contrarios tanto tiempo, y tantos recursos, para intentar atacarlos?”. A lo lejos una sonriente Tatiana Clouthier toma asiento; Pedro Miguel saluda, amistoso, a la prensa.
¡Pertenecer hoy a la misma lucha que @tatclouthier solo nos confirma que estamos del lado correcto de la historia! pic.twitter.com/9q0txtnIY5
— Pedro Kumamoto (@pkumamoto) March 2, 2024
Cuando son cerca de las 4:50, el Presidium sobre el templete comienza a acomodarse. Están Omar García Harfuch, Gerardo Fernández Noroña, Elena Poniatowska, Marcelo Ebrard, Mario Delgado, Adán Augusto, Ernestina Godoy, Karen Castrejón, Manuel Velasco, Citlalli Hernández y varios candidatos a estados de la República: Clara Brugada (CDMX); Margarita González (Morelos); Alma Alcaraz (Guanajuato); Javier May (Tabasco); Eduardo Ramírez (Chiapas); Rocío Nahle (Veracruz).
En punto de las 5:00 aparece una Claudia Sheinbaum que, entre aplausos, saludos y los gritos “¡Presidenta!”, se abre paso hacia el templete. Saluda al Presidium. Cuando llega a Clara Burgada, ambas se abrazan y Sheinbaum le toma la mano en señal de victoria, cuando en una segunda aproximación para abrazarla, la candidata a la Jefatura de Gobierno de la CDMX se le acerca.
Brugada toma el micrófono y sostiene que “es tiempo de mujeres”. Afirma que ahí, en el Zócalo capitalino, comenzó la Cuarta Transformación y que lo que Claudia Sheinbaum hará será continuarla. El “segundo piso”, afirma, del legado que se hereda del Presidente. Un gobierno que propone además, dice, “no tener espacio para el retroceso”, pues “las opciones son dos”: la verdad, o la corrupción. Dice que ella terminará con el Cártel inmobiliario en la Ciudad de México y que a Claudia le tocará sembrar paz en el país.
Continuidad a la 4T
Es turno de Claudia Sheinbaum. Afirma que será la próxima presidenta de México. Que ese lugar no estaría listo si no se hubiera construido un movimiento, y las circunstancias mínimas, para darle cauce. Habla del magisterio y los sindicatos; de las mujeres; de los pueblos originarios; de la juventud y las infancias. Dice que, el segundo piso de la transformación, es el momento para la garantía de derechos.
Pide que “le tengan paciencia”: leerá un documento con cien puntos. La gente aplaude. Son muchos; todos igual de importantes. Desarrolla, por una hora, cierta lectura pausada, pero contundente, que recuerda a alguien que despacha muy cerca de ahí. Mientras va leyendo, hace pausas para preguntar, con un acento medio costeño que suena conocido, si “¿ya se cansaron?”. Es que la retórica también se aprende; es que la retórica, el acento, es un recurso que también forma parte de hacer sentir cerca a la gente.
Comenzó por la autonomía y el fortalecimiento de México como Nación a partir de lo que, Morena ha dicho en el pasado, constituye el “regar desde abajo” la democracia y la consolidación de un movimiento de transformación.
La candidata dijo que México no se someterá a ningún poder, ni económico, ni político. Habló de construir un gobierno íntegro y de no ejercer un gasto público por encima de elementos como la inflación, ni la generación del PIB nacional. Se comprometió a dar un apoyo a las mujeres que equivaldrá al 50% de la pensión 60+ y a entregar salarios justos a docentes.
Hizo especial énfasis en la salud mental. Habló de promoverla en tanto mecanismo de prevención a juventudes para evitar el enganche a las drogas, pero también a personas adultas mayores y a víctimas de violencia. Resaltó la importancia de la prevención de la diabetes y la hipertensión a través del programa “Casa por Casa”.
En su discurso señaló igualmente la importancia de promover los derechos de las mujeres como garantía prioritaria de cambio. En este sentido, dijo, se compromete a impulsar la construcción de gabinetes paritarios, el acceso a la tenencia de tierras a favor de mujeres rurales, fiscalías especializadas en atención al feminicidio y, a través del DIF, un Sistema Nacional de Cuidados que permita sostener, junto al Estado, labores de cuidado: “es hora de promover la autonomía de las mujeres”, sentenció.
Habló de la importancia de un México fortalecido en sus sistemas y vías de comunicación: compra de aeronaves para Mexicana de Aviación y expropiación del sistema de trenes nacional para volver a comunicar al país por esa vía. Optimización, mejora y construcción de carreteras, además del compromiso por convertir a México en una potencia portuaria. Dijo que es hora de enviar el primer satélite mexicano al espacio para garantizar a la Nación mejores telecomunicaciones.
En la lectura de sus últimos puntos estaba el gran acto que todos estaban esperando: “el Poder Judicial es el responsable de la pacificación del país”, dijo. En este sentido, advirtió, se reformarán las condiciones que, a nivel legal, obstaculicen que jueces y magistrados sigan defendiendo a poderosos en detrimento del pueblo. Abonará, expresó, a la construcción de un sistema de defensoría pública y a la sanción de juristas corruptos.
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Nada de esto, finalizó, será posible de no continuar con la austeridad republicana; y con el combate a la corrupción.
Un gobierno de la gente
Luego de veinte minutos de concluido el evento, el Zócalo aún luce lleno. Sus alrededores huelen a tamales y copal. Sobre la calle Monte de Piedad, casi esquina con Madero, una batucada comienza a hacer bailar a la gente; más adelante, sobre 5 de Mayo, música de banda crea un carnaval parecido al que convocan, en junio, los cierres de la marcha por los derechos de la población LGBTTTIQ+
Al llegar al Eje Central, mares de gente ya están caminando. No hay servicio de Trolebús. En Reforma hay muchos camiones estacionados. Muchos puestos abarrotados, otra vez, de comensales. Hoy muchos regresan a sus casas; lo harán contentos: en el Zócalo Sheinbaum acaba de prometerles que éste, es el gobierno de la gente; les acaba de prometer que ella será su Presidenta.