Un nuevo ciclo político comienza

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El pasado jueves 15 de agosto del año 2024 ya es una fecha histórica en México porque le fue entregada la constancia de Presidenta electa a la primera mujer mexicana que será titular del Poder Ejecutivo en el periodo 2024-2030.

Esto fue posible porque el actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador así lo decidió, lo impulsó, lo determinó, lo visualizó, lo impuso a su partido, a los partidos de su coalición y los ciudadanos en su mayoría ratificaron esa decisión.

Claudia Sheinbaum Pardo es la Presidenta de México y con la constancia que le acredita comienza un nuevo periodo de gobierno que genera en millones de mexicanos esperanza, en otros incertidumbre, en otros pocos tal vez los menos, dudas, en otros escepticismo y en otros tantos indiferencia.

Este nuevo periodo de gobierno que tiene una duración de seis años tiene muchos desafíos que enfrentar para consolidar el programa alternativo de nación que MORENA y AMLO diseñaron para México desde 2015 cuando participaron por primera vez en elecciones en nuestro país, desde donde buscaron llegar al gobierno nacional (Presidencia de la República) para erradicar la corrupción que los gobiernos del PRI y el PAN generaron y se beneficiaron de ello, también se plantearon disminuir la inseguridad y acabar con el crimen organizado tanto el generador de inseguridad social como los de cuello blanco.

Argumentaron la urgente necesidad de cambiar el modelo económico para tener un mayor desarrollo, crecimiento y con ello generar mejores condiciones laborales, educativas, sanitarias y culturales para la sociedad.

Se plantearon primero los pobres y sacarlos de la extrema pobreza y pobreza, recuperar para los mexicanos el petróleo y la electricidad. Así como generar desarrollo abriendo nuevas fuentes de empleo en proyectos de infraestructura que traerían bienestar a los ciudadanos del país y beneficios a los estados del sur.

Seis años del primer gobierno de Morena no han alcanzado para implementar todo ese programa y parece que se tiene la intención de aplicarlo en su totalidad esperando que los resultados sean los esperados por los dirigentes para el beneficio social de todos los mexicanos.

Este nuevo ciclo de gobierno genera incertidumbre por el perfil de gobierno que adoptará la nueva presidenta el cual no se sabe si será de apertura, diálogo e inclusión o, todo lo contrario.

Este nuevo ciclo de gobierno genera escepticismo porque no se vislumbra profundizar y robustecer las instituciones de la democracia, la transparencia, la rendición de cuentas, el gobierno abierto, la libertad de expresión y la aplicación de la justicia expedita.

Este nuevo gobierno genera dudas en las mejoras sociales, derechos de las minorías, derechos laborales, desaparecidos, derechos humanos, procuración de justicia y aplicación de la misma, crecimiento económico, desarrollo humano, combate a la corrupción dentro del mismo gobierno y verdaderas políticas de Estado que saquen a México del atraso en el que actualmente nos encontramos y que en los últimos seis años no hemos podido salir por falta de voluntad política, por qué se atravesó la pandemia, porque los del pasado robaron más, porque esto es un proceso y porque hay que atacar las causas y no enfrentarse como política para justificarse, pero a partir de hoy ya no habrá excusa que valga para no hacer las políticas correctas y actuar como verdaderos servidores públicos y no como servidores de lo público.

Este nuevo gobierno tiene la gran oportunidad de construir un México social, democrático y de derecho y para ello se requiere tolerancia, diálogo, acuerdo, inclusión, apertura, respeto y reconocimiento.

Este nuevo periodo de gobierno tendría que convocar a la distensión, la concordia, la tolerancia y unidad porque el agraviado ya no está en el gobierno y la nueva generación que luchó por la democracia, la igualdad, la equidad, la inclusión debe conducir al país fuera de las viejas prácticas políticas que nos han gobernado en los últimos 100 años.

Una mujer en el gobierno genera esa esperanza y porque genera esa esperanza su responsabilidad es mayor y su compromiso debería ser no regresar al pasado sino construir un futuro diferente

Una mujer de izquierda en el gobierno debería generar cambios de largo aliento con una perspectiva de 10 a 15 años, desarrollo humano, mayores controles gubernamentales que erradiquen la corrupción, mejor planeación sin desvío de recursos, mejores servicios de salud, educación, vivienda, empleos y mejores salarios y no debería permitirse repetir los errores de su antecesor y de sus referentes políticos de la vieja política del PRI y del PAN y, recuperar las mejores prácticas que tuvo en sus mejores momentos políticos el PRD de ser una izquierda democrática y progresista.

Claudia la presidenta primera de izquierda en México no debería optar por el autoritarismo populista sino por la democracia y el progresismo.

Con la entrega de la constancia por parte del Tribunal Electoral se abre un nuevo ciclo político para el país y si al nuevo gobierno le va bien, a todos nos irá bien, pero para que esto suceda debemos tener partidos opositores conscientes de que son entes de interés público, que deben ser vigilantes del actuar del gobierno, evaluar las políticas, denunciar los errores y desvíos, abonar en acuerdos si las políticas son positivas y no ser solo denunciantes y polarizadores del gobierno y la sociedad solo por obtener reflectores y cámaras de televisión.

La oposición tiene la oportunidad de renovarse, democratizarse, actuar y hacer política innovadora, diferente y representar verdaderos sectores e intereses sociales.

Un nuevo ciclo comienza y este ciclo lo encabeza una mujer de izquierda, es la primera presidenta de México, pero antes que ella hubo mujeres gobernadoras de izquierda y no fueron tan de izquierda y tampoco tan demócratas y es por ello que no debería darse el permiso de fallar.

Finalmente, y no por ello menos importante Claudia Sheinbaum Pardo es una mujer con formación de izquierda, esperemos que sea democrática y progresista. Morena no es un partido de izquierda, esperemos que no sea absorbida por el nacionalismo, el autoritarismo y el populismo de esa organización.

Esperemos que no se deje seducir por esa seudo izquierda que ha gobernado en varios países y no lo ha hecho bien solo basta mirar un poco el mapa político de nuestra región.

El ser de izquierda no asegura que sea demócrata. Pero en este nuevo ciclo histórico que se comienza a escribir en México más vale que lo sea porque hoy estos tipos de gobiernos se están cerrando las voluntades populares por terminar en dictaduras.

Tenemos que aspirar a un México social, democrático y de derecho con políticas de Estado y donde las razones de Estado se impongan a los designios de los mandatarios y mandatarías.

Veámonos como Brasil, Chile, Uruguay, Panamá, Costa Rica, República Dominicana donde la alternancia democrática se vive y las políticas de Estado perduran.

Bienvenido nuevo ciclo de gobierno mexicano, bienvenida la primera mujer presidenta de la era moderna de México, esperamos ser mejores, más democráticos, más seguros, transparentes y mejores ciudadanos y si no fuese así que en las próximas elecciones se les cambie.

Por José Irán Moreno Santos
Presidente Fundación de Estudios Políticos Económicos y Sociales Progresista

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