Ante una crisis de las relaciones comerciales y por ende políticos diplomáticas con Estados Unidos y Canadá, México está ante la oportunidad histórica de diseñar una política exterior de Estado que impulse y lidere la integración regional con un mercado único, libre circulación de mercancías, libre transito de personas, moneda única, apoyos compensatorios a países de bajo desarrollo, una política exterior común, un parlamento regional elegido democráticamente por todos los ciudadanos de la región y un consejo de América entre otras acciones, si en los 90´s el TLCAN o NAFTA marco el modelo de integración, hoy puede ser cambiada por una integración mas incluyente y con beneficios a toda la región.
Para enfrentar la crisis y diseñar una política Exterior de Estado, nuestro país debe prevenirse para las acciones del nuevo gobierno de Estados Unidos encabezadas por Donald Trump más allá si son solo declaraciones y por la posibilidad real de que Canadá nos prefiera fuera de cualquier acuerdo comercial de América del Norte.
La administración mexicana no debe confiarse, debe prepararse para las acciones del nuevo gobierno norteamericano y esto debe considerarse con mucha responsabilidad porque si no se previene, el costo será muy alto.
Esta crisis de las relaciones con Estados Unidos y Canadá debe ser aprovechada para transformar nuestra economía y aplicar una política económica contra cíclica y fortalecer a medianas y pequeñas empresas y empresarios.
Para que esta oportunidad sea bien aprovechada el gobierno y el congreso deben echar abajo la reducción del 35% al presupuesto para las Embajadas y Consulados, el Instituto Nacional de Migración y la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, porque el 2025 será un año difícil para nuestros paisanos que corren el riesgo de ser deportados y deben ser defendidos por personal diplomático, los migrantes provenientes de centro y Suramérica que al parecer serán detenidos en nuestra frontera sur y los migrantes deportados de otras nacionalidades diferente a la mexicana que también estamos obligados a proteger y atender en sus necesidades básicas.
El congreso debe asignar un presupuesto para apoyar a medianas y pequeñas empresas y empresarios que se verán afectadas por el cierre fronterizo al comercio proveniente de México tanto en Estados Unidos como en Canadá, también por el costo que significará pagar aranceles a sus mercancías para ingresar al mercado norteamericano y canadiense, también deben considerarse recursos para tener buenos abogados que promuevan las controversias comerciales en paneles internacionales a las acciones proteccionistas de estos gobiernos y apoyar las transiciones tecnológicas de las empresas y empresarios mexicanos para la reducción de sus costos y por ende su no cierre y pérdida de empleos.
No debe actuarse con proteccionismo económico y creando empresas del Estado con el pretexto de sustituir importaciones y tampoco asumiendo que la migración se resolverá sola porque hasta hoy el país afectado es México, particularmente los estados y municipios fronterizos que cargan con el peso de tener estacionados a miles de migrantes que buscan cruzar hacia el norte y se agudicen los problemas de seguridad, pobreza, marginación, desempleo y otros problemas sociales.
El gobierno mexicano debe prepararse para esta situación si se llegase a dar y comenzar a diseñar una estrategia a corto, mediano y largo plazo regional para enfrentar la migración y ello conlleva generar estabilidad política en la región (centro y Sudamérica), crecimiento y desarrollo, combate al cambio climático, seguridad y comercio. México debe pensar en un esfuerzo importante de cooperación regional o de plano en un proceso de integración verdadero de la región que debe liderar y esto debe estar en el presupuesto.
La austeridad no debe ser un austericidio para los paisanos, migrantes deportados, refugiados, la diplomacia mexicana y tampoco para los medianos y pequeños empresas y empresarios. El Congreso tiene la última palabra y si esta para defender y dar bienestar al pueblo, los migrantes paisanos, migrantes de otros países, empresas y empresarios también son pueblo y se les debe proteger, atender y apoyar.
José Irán Moreno Santos
Presidente Fundación de Estudios Políticos Económicos y Sociales Progresista