Joe Biden renuncia a la candidatura presidencial y genera un cisma al interior del Partido Demócrata porque a sabiendas que su estado de salud no era bueno y que una campaña es muy desgastante no aceptaba que ponía en riesgo no sólo su salud sino la salud de los Estados Unidos de América.
Esta decisión ha despertado el interés mundial en cuanto como resolverán la candidatura y quien será el abanderado demócrata. Por lo pronto ya fue propuesta la actual vicepresidenta de Estados Unidos Kamala Harris, sin embargo, esta propuesta pareciera ser débil ante otras y otros candidatos qué pudieran derrotar a Donald Trump como pudiesen ser Michelle Obama o Hillary Clinton, estas dos últimas propuestas pudieran despertar mayor interés en los votantes estadounidenses que la propuesta, designación o dedazo llevado a cabo por Joe Biden.
Hay sorpresas porque la propuesta, designación o dedazo ha podido recaudar más donaciones económicas que quien la designó y buscan de manera desesperada que los delegados a la convención del Partido Demócrata la avalen para evitar una pasarela de candidatas y candidatos que los obligue a votar en la convención y designar a una o un candidato diferente que los desgaste o los divida.
Sin embargo, sería muy positivo que este escenario se sucediera para conocer si de verdad Kamala Harris tiene la capacidad de proponer un programa de país diferente al de Michelle Obama o Hillary Clinton, mejor aún, diferente al que propone Donald Trump
El escenario ideal sería que en la convención demócrata hubiera varias opciones que presentaran su visión de país, su propuesta de proyecto y que fuesen votadas de manera democrática, atraerían mayor atención, tendrían una gran audiencia, generarían una gran expectación y quien resultara triunfador o triunfadora podía tener la legitimidad y respaldo de los convencionistas demócratas, sino que además generarían un ánimo muy positivo en la sociedad norteamericana que seguro necesita propuestas más que descalificaciones, señalamientos, denostaciones y discursos de odio.
El mundo está a la expectativa y estamos esperando que los demócratas no sólo piensen en los intereses que representan, sino que sean capaces de defender su sistema político, sus valores democráticos, su política económica, su libertad frente a la ultraderecha, al populismo y al autoritarismo que representa Donald Trump y el partido republicano que sostiene un discurso similar que los ultraderechistas europeos y el argentino Javier Milei.
La expectativa es alta, se espera mucho de los demócratas, pero también se crea o no pueden decepcionar, porque está en juego los Estados Unidos de América no sólo una candidatura para un gobierno de cuatro años, sino el renacer de los Estados Unidos frente a la destrucción y las enemistades que pueden costarle el fin de esta nación y de todo lo que ellos representan.
Kamala Harris no es la mejor opción de los demócratas para enfrentar a Donald Trump y tampoco es lo mejor que tienen, esperamos muchos en el mundo que valoren de manera correcta sus opciones y que la designación, la propuesta o el dedazo no se imponga a los delegados a la convención demócrata y a los intereses de quienes patrocinan su candidatura por encima del bien de los Estados Unidos de América.
La campaña que se viene en los Estados Unidos será dura, desgastante y violenta, debe enfrentarse con inteligencia, creatividad, valentía, serenidad y paz.
Para enfrentar esta campaña, la propuesta demócrata debe inspirar confianza, paz, anhelos, sueños, convocar realidades, ampliar derechos y sobre todo abordarla con inteligencia; porque los destinos de muchos países están en juego, así como la paz en las hoy zonas de conflicto en el mundo y en aquellos países donde la democracia es frágil.
Un presidente populista en los Estados Unidos ampliará la brecha entre el norte y sur, confrontará a naciones, desbordará pasiones, enconará resentimientos y el mundo en este momento no está en condiciones de resistir este tipo de políticos y políticas que desean emprender a través de la imposición.
La lucha electoral en Estados Unidos es por la democracia, la libertad, la justicia, la equidad, la solidaridad, el desarrollo sustentable, el reconocimiento de derechos sociales, políticos, económicos, es por el mundo y, estar a la altura de esta lucha requiere de una persona con esta visión, convicción y determinación de país y de mundo.
Se hace necesario detener a los populistas del mundo y debemos comenzar por detener a Donald Trump y para ello se requiere una candidata o candidato elegido democráticamente por los delegados a la convención demócrata y cerrar filas con ella o él, si la propuesta, designación o dedazo se impone, el mundo debe prepararse para resistir la embestida mas conservadora que haya vivido la humanidad en su historia, si el imperio cae, debemos evitar nos arrastre.
No presenciemos el fin de la democracia estadounidense con los aplausos de los convencionistas demócratas en Chicago
Por José Irán Moreno Santos
Presidente Fundación de Estudios Políticos Económicos y Sociales Progresista