París: el eterno adiós

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Caminar por París significa avanzar hacia mí.
Pero es imposible decirlo con palabras.
Julio Cortázar

París ha sido escenario de movimientos políticos, sociales, culturales, artísticos, deportivos, fílmicos, de moda y de una lista inacabable en los diferentes ámbitos de la humanidad que bien podríamos continuar agregando a grado tal que, llenaríamos una cuartilla solamente haciendo referencia a las esferas en las cuales se ubica al centro de la atención. Como muestra basta ver los Juegos Olímpicos, sus ceremonias magníficas y su nivel de coordinación siempre a la vanguardia, haciendo historia y sentando precedentes prácticamente inigualables y aunque el deporte fue el epicentro de la atención mundial en esta maravillosa ciudad, es difícil no evocar la influencia que ha tenido en nuestros grandes escritores latinoamericanos y porqué no destacarlo: del mundo entero. No exagero cuando digo, por ejemplo, que para un apasionado de la buena literatura, de los libros de calidad y que sigue la vida de los autores, resulta conmovedor visitar la librería Shakespeare and Company de George Whitman y Sylvia Beach Whitman e imaginarse allí a la generación pérdida de los años 20´s, y, a la generación Beatnik de los años 50s.

No es casualidad que haya atraído siempre a los principales exponentes y creadores del arte, pero de forma particular a los Latinoamericanos (Premio Nobel la mayoría) quienes han decido abrazar para siempre a París asumiéndola en la muerte como su residencia definitiva. Algunos de los autores cuyos restos descansan en la ciudad de la bohemia y del arte son Julio Cortázar y Carlos Fuentes, ambos Premio Nobel de Literatura, sus tumbas pueden ser visitadas en el cementerio de Montparnasse, un lugar que recibe miles de turistas al año para rendir homenaje también a Simone de Beauvoir, Jean-Paul Sartre, Charles Baudelaire, entre otros. En este mismo cementerio se encuentra igualmente el gran poeta peruano César Vallejo quien escribió un poema hermoso cuyas primeras líneas dictan su consigna: Me moriré en París con aguacero/ un día del cual tengo ya el recuerdo/ Me moriré en París – y no me corro –/ tal vez un jueves, como es hoy de otoño.

Foto Mauricio Leyva

En el caso del maestro Miguel Asturias, Premio Nobel, sus restos se encuentran en el cementerio Père Lachaise y quien en vida evocó sus días en París mismos que la valiosa Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, ha publicado en su sitio oficial: Tengo sobre ‘La Rotonde’ un recuerdo muy entrañable aunque un poco posterior a esas épocas, y es que en ‘La Rotonde’ conocí a don Miguel de Unamuno. Cuando se supo que don Miguel iba todas las tardes a determinada hora a ‘La Rotonde’, todos los estudiantes hispanoamericanos procurábamos estar en una mesa cerca de él y saludarle, estrecharle la mano, y oírle
conversar. Por estos testimonios y su belleza inspiradora, París sigue reuniendo a generaciones de artistas y de creadores quienes le dan un adiós a la vida, deseando inmortalizarse en sus paisajes trasnochados y vagabundos.

Foto Mauricio Leyva

Por Mauricio Leyva

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