¡Paliza!

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Ya con un ambiente algo más frio y a unos días de la elecciones de pasado 2 de junio, el casi conteo total de los cómputos distritales del Instituto Nacional Electoral arroja que Claudia Sheinbaum es la presidente electa de esta país

cuenta con alrededor de 35 millones de votos ¡Palo a la oposición! Esto confirma lo sabido desde el domingo, un triunfo avasallador del partido Morena, una continuación del proyecto de nación del actual gobierno, la legitimidad del presidente Andrés Manuel López Obrador y otros seis años de palo a la oposición.


Una oposición que jamás entendió, que no entendió lo ocurrido en el 2018 y por lo tanto no construyó un plan o proyecto de nación, solo se convirtió en un amasijo de odio en contra del presidente en todo su sexenio. Se dedicó a despotricar atajos verbales y ataques clasistas y racistas en contra de quienes votaron por Morena en aquella ocasión, cosa que no cambió ni ha cambiado al día de hoy, pues desde la noche del domingo las redes sociodigitales se llenaron de contenido vomitivo por quienes se creen la voz de esta nación, la ruta intelectual y los jueces de la historia.


¡La democracia es así ni modo! No puedes denostar de nacos, pendejos, pobres, ninis, viejos ignorantes, come frijoles a quienes dieron su voto a la candidata ganadora, con el argumento que –en mi casilla la gente votó por Xóchitl- tú casilla no es el universo, o “mis amigos y familiares votaron por ella en consiguiente todos los demás también”, esto demuestra la poca inteligencia y cerrazón ante una
realidad que nunca quisieron ver.


Mención especial para aquella prócer de la nación en los últimos 200 años, esa a quien le debemos la vida, la libertad, la democracia y la existencia misma, esa que es todo y uno a la vez, omnisciente, omnipotente, aparte de sabia, investigadora y dueña de la cultura e intelecto del país, esa a quien le debemos agradecer el sol de cada mañana y la noche de descanso, a la única que no merecemos ni postrar los ojos en ella, la inigualable: Denise Dresser, quien en sus propias palabras, nos quitó las cadenas del autoritarismo, sí ella sola, sí ella y su sola presencia, sí ella quien es la alfa y el omega. Que con razón nos regaña pues estúpidamente el domingo nos las volvimos a poner los mexicanos por ignorantes, poco iluminados
y menores de edad en la política, ¡perdónanos Denise, no sabemos lo que hacemos!


Intentando ser un poco más serio, esta paliza tiene argumentos pues la decisión que tomó la ciudadanía sí está fundamentada por una legitimidad con propio signo ideológico, que materializó una voluntad que se fue fortaleciendo durante los años de lucha política de AMLO, desde sus primeros periplos por la democracia hasta su estancia en la presidencia de la república.


Morena nació con una estrategia de acceso a la arena política nacional para ciudadanos, clases y grupos sociales que antes eran ignorados, dio elementos sustantivos para abrir la cultura política de este país permeando distintos estratos de la sociedad, y puso en el debate público las exigencias de una compleja
realidad social que ni el PRI o el PAN quisieron tomar en cuenta.


Entendamos algo, no justifico el actuar del gobierno que tiene sus deficiencias y son muchas, sino hagamos un esfuerzo por no caer en el insulto barato, el miedo infundado al comunismo (que nunca ha estado presente en la gobernanza de este país), la patraña de perder la propiedad privada o el cierre y persecución al culto religioso. Esto es discurso barato sin fondo ni forma.


Comprender que 35 millones de personas votaron por Morena para la presidencia, diputaciones, senadurías y gobiernos estatales y locales, obedece a una metodología que no solo toma en cuenta los resultados de los votos, sino la valoración cualitativa de competitividad social, el empoderamiento de sectores públicos y privados, la configuración de la cultura política de los ciudadanos, los agentes intermediadores entre el partido y la sociedad, y hasta la campaña permanente para fortalecer acciones y posibilidades de gobierno.

La realidad política de México es intervenida por diversas dimensiones de acción, no solo los –pobres- votaron por Morena, también una amplia fuerza electoral en la clase media, docentes, estudiantes, comerciantes y de clase alta con distintos empresarios.


Más de 35 millones de votos son la respuesta a una interacción del partido con la sociedad, dando la formación de un tejido ideológico hegemónico, distinto al autoritario o dictatorial; seamos honestos ¿quién de esos intelectualoides que nos vociferan la llegada de la dictadura ha vivido en una? NINGUNO.


Este tejido que se ha consolidado en los últimos seis años, tiene sus propias formas de comunicación, características políticas y hasta culturales; se ha convertido en una actividad no solo ideológica sino de acción, que demostró el éxito de un comportamiento político no antes visto en la figura del presidente.
Invito a la oposición a empezar de una vez a generar un proyecto de gobierno, un plan de acción distinto, a ser una fuerza incluyente y no clasista, a reconocer sus errores y dejar de ofender con sus terminajos y ser abiertos al diálogo dejando sus vicios electoreros.


Este país ya habló, ya decidió y comunicó qué y quién quiere ser. A esperar otro
sexenio de palo si continúan con sus vicios políticos.

LA CIMA

06/06/24
Textos híbridos de periodismo contemporáneo

Por: Bernardino Rubio Tamariz

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