Nahuel Guzmán y como destruir una leyenda

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Si tuviera que escribir un manual de cómo atentar contra mi imagen pública y de qué manera destruir un legado, sin duda llamaría a Nahuel Guzmán para que fuera mi asesor.

Una cosa es que al legendario portero de los Tigres le guste estar en el centro de la polémica, y otra muy diferente que lo haga por motivos que incluso rayan en lo antideportivo y hasta malcriado.

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Resulta que Guzmán llegó hace diez años a nuestro futbol y siempre se caracterizó por ser un arquero atrevido, extrovertido, diferente vaya. Eso lo llevó a cometer varias locuras y excentricidades que muchos festejamos, pero otros criticaron fuertemente. Sin embargo, lo sucedido el sábado 13 de abril durante el partido entre Monterrey y Tigres, ya es absurdo, rídiculo y fuera de toda proporción.

Al estar operado, Guzmán no fue convocado para el clásico regio del sábado, eso lo llevó a la tribuna y concretamente a un palco dentro del estadio desde donde le parció una buena idea molestar con un láser a los jugadores del rival, en específico a su homólogo, Esteban Andrada. Al ser descubierto, las autoridades del estadio y a petición de la directiva de los rayados el artefacto le fue retirado y eso ocasionó discusiones entre unos y otros.

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Es cierto que el láser puede parecer “inofensivo”, sin embargo no esta permitido y de hecho el propio Guzmán en algún momento se quejó de alguien que desde la tribuna hacía lo mismo que él hizo ahora. Luego entonces, se entiende mucho menos su comportamiento y la actitud antideportiva adoptada.

Ahora bien, si todo hubiese quedado hasta ahí, tal vez con una investigación y una sanción fuerte bastaría. Pero la cosa empeora cuando la propia directiva de Tigres emite un comunicado por sentirse afectado por el arbitraje, cuando son sus propios jugadores y en este caso Nahuel Guzmán, quienes desafían los reglamentos. Es más, el arquero Carlos Felipe Rodríguez fue reconvenido por el árbtriro del partido por “hacer tiempo” y en ese momento se agregó otro minuto a lo 8 que ya se habían añadido, lo cual tira por tierra cualquier hipótesis de querer afectarlos.

Si Tigres quiere ser una institución grande como lo pregonan sus últimos éxitos, deberá de empezar por comportarse como tal, revisar y sancionar, si es que cabe, a los jugadores que no cumplan con los reglamentos y después aceptar y entender que el arbitraje es suceptible a equivocarse a favor y en contra. Si no quieren o no pueden entender estas situaciones, entonces los felinos jamás podrán ingresar al selecto grupo de los grandes de México, así ganen todas las ligas que jueguen pues la grandeza se demuestra en el triunfo, pero más aun en la derrota y es justamente ahí donde más han quedado a deber.

Mientras, que la pelota siga rodando.

Por @gusharris76

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