Luis Manuel Rojas: el Poder

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Pero la Revolución se hizo Gobierno, se hizo Poder,
y la Revolución no ha gobernado con la Revolución

El 2 de julio se cumplió otro aniversario luctuoso más del Ex Presidente de los Estados Unidos Mexicanos Gral. Porfirio Díaz Mori, uno de los personajes políticos de mayor presencia en la historia nacional e imprescindible en el estudio de nuestro devenir cultural y social. Su permanencia en el poder y su mano dura lo convirtieron en una figura polémica y durante su último periodo de gobierno, una generación de mexicanos y de mexicanas se unieron para impulsar la Revolución Mexicana.

Uno de ellos a quien vale la pena reivindicar es el Lic. Luis Manuel Rojas Arriola. Fue un prolífico escritor, abogado, promotor de la cultura y de la libertad en casi todas sus manifestaciones. Fundó y editó periódicos y revistas manifestando un duro enfoque crítico hacia el gobierno del presidente de México, el general Porfirio Díaz. Luis Manuel Rojas Arriola estuvo dos veces en la cárcel por su activismo liberal.

Primero fue diputado en la XXVI Legislatura federal en las filas del Bloque Liberal y después en el Congreso Constituyente en el cual presidió los trabajos de lo que fue la Constitución de 1917. Luis Manuel Rojas Arriola exhibió al embajador norteamericano Henry Lane Wilson en su “Yo acuso” por su intervención directa en el golpe de Estado contra el presidente Francisco I. Madero y el vicepresidente José María Pino Suárez y formó parte de la célebre XXVI Legislatura junto con Eduardo Neri, Alfonso Alarcón, Francisco Escudero, Belisario Domínguez, Heriberto Jara, Alfonso Cravioto, Félix F. Palavicini, Luis Cabrera, Serapio Rendón, Isidro Fabela, entre otros:

Luis Manuel Rojas presentó una iniciativa de ley para que los militares no pudieran participar más en los asuntos de la política y cuando tuvo la oportunidad de responder el informe del Presidente Francisco I. Madero quien ya comenzaba a cometer fuertes errores no dudo en señarlo: “En la prensa, en la cátedra, en la tribuna, en tertulias, en el sagrario de las conciencias, en toda el alma nacional, palpitaba en el pensamiento de la Revolución. Por eso triunfó la Revolución en los campos de batalla, porque había enraizado anticipadamente en la conciencia nacional, porque blandía, como catapulta formidable de la opinión pública(…) Y este primer error ha menoscabado el poder del Gobierno y ha venido mermando el prestigio de la causa revolucionaria. La Revolución va a su ruina, arrastrando al Gobierno emanado de ella, sencillamente porque no ha gobernado con los revolucionarios. Sólo los revolucionarios en el Poder pueden sacar avante la causa de la Revolución”. El poder por su propia naturaleza es prepotente, su sola presencia dota de un despotismo natural a quien lo ejerce. Luis Manuel Rojas Arriola conocía el poder, lo cuestionó, reflexionó sobre él y reactivó con sus compañeros un Poder Legislativo que había pasado de ser comparsa, a verse simplemente nulificado.

Por MauricioLeyva9


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