Cuando parece que va a llover, a la selección mexicana le cae una tormenta.
El “verano peligroso” para el equipo de Jaime Lozano no ha empezado y las cosas ya están que arden en el entorno de la selección mexicana. Y no es que los resultados (malos de por sí) sean muy importante en los partidos de preparación, sino el funcionamiento parece dejar más dudas que certezas.
Contra Uruguay el paseo fue monumental, un cuatro a cero sin cuestionamientos ante unos charrúas que incluso se dieron el lujo de solo saltar con los 11 titulares y 5 suplentes, se podría decir que hasta “incompletos” y terminaron por arrollar al equipo mexicano que lejos de presentar su mejor cuadro quiso experimentar con varios debutantes.
Para el fin de semana las cosas no cambiaron tanto y eso es lo que preocupa. Ya con los supuestos “experimentados” Jaime Lozano intentó plantarle cara a la selección brasileña que se guardó sus mejores armas: el resultado fue similar, una derrota que si bien no fue tan abultada como contra los charrúas, si dejó de manifiesto que en cuanto la canarinha apretó marcó los goles.
Y me mantengo en lo dicho, en partidos de preparación, que no son lo mismo que amistosos, el resultado es lo menos importante, el problema es que la selección mexicana plagada de suplentes se vio muy mal contra Uruguay y se vio solamente mal ante Brasil que jugó con equipo alternativo ante los supuestos “titulares” mexcianos.
Lo único que evidenciaron estos dos encuentros fue que Gerardo Arteaga no se encuentra en el campo, fue el único que jugó los dos partidos y en ambos dio demasiadas facilidades; Rangel y Julio González, están muy lejos de ofrecer seguridad en el arco, el primero de ellos a sus veiticuatro años apenas junta una veintena de partidos en primera división y el guardían de pumas a sus treinta y tres, tampoco es un elemento que transmita confianza desde los tres postes.
En el medio campo la cosa es peor: Edson Álvarez, quien es el referente por autonomasia, tuvo dos actuaciones erróneas donde falló pases, estuvo inseguro en la salida y cuando tuvo que actuar de central tampoco se hizo notar. Y es aquí donde podemos hacer la pausa más larga: los centrales llegan con un nivel muy bajo, César Montes esta lesionado y no tuvo participación, pero no se olvida que su equipo (Almería) fue el peor en muchos años en la liga española, Johan Vásquez quedó exhibido ante unos brasileños a los que fue incapaz de contener y Orozco y Guzmán simplemente demostraron que aun están lejos de ser soluciones tangibles.
En la delantera, quedó claro que el eje de ataque podría no alinear, es casi imposible que le llguen balones a modo y no le llegan porque quienes deberían generarle el juego no desequilibran a nadie, ni Orbelin, ni Alvarado, ni Antuna, ni Quiñones. Todos estos problemas ha hecho que las ausencias de Ochoa, Lozano y Martín sean aun más notorias y hasta se les extrañe.
Lo cierto es que la Copa América está a la vuelta de la esquina y si Jaime Lozano, que tampoco ha enseñado muchas soluciones alternas a los males de la selección, no se aplica, el verano puede terminar muy mal para él y para muchos seleccionados que aparentemente no han entendido lo que se juegan de cara a la copa del mundo donde México será anfitrión.
Mientras, que la pelota siga rodando.
Por @Gusharris76
