Si no te dan un espacio en la mesa trae tu propia silla.
Shirley Chisholm
Reconocer y empoderar la diversidad cultural y social que nos enriquece como humanidad debe ser un tema político que se reflejé en la realidad, en las leyes y en la igualdad de condiciones de vida en todas sus dimensiones. Las conmemoraciones por sí mismas ciertamente ayudan a poner el “acento” en las problemáticas, pero si estas no van acompañadas de resultados tangibles y específicos, simplemente no trascienden y por increíble que parezca en el siglo presente dicha situación sigue tocando en las mujeres
afrolatinas, afrocaribeñas y de la diáspora quienes este 25 de julio habrán de conmemorar el Día Internacional instituido para ellas, por la UNESCO. Sin embargo, a la luz del análisis nos damos cuenta de que existen profundos asuntos pendientes por resolver en cuanto a los derechos esenciales de las mujeres afrolatinas, caribeñas y de la diáspora.
Aún cuando la conmemoración establecida en 1992 visibiliza sus complejos problemas sociales, las condiciones de igualdad laboral y salarial siguen sin concretarse estableciendo un frente de lucha permanente a favor de la reivindicación de las mujeres afrolatinas. De acuerdo a la CEPAL en su estudio titulado Mujeres afrodescendientes en América Latina y el Caribe: deudas de igualdad, afirma:
“El panorama regional sobre los efectos de la intersección de las distintas formas de discriminación evidencia que la mayoría de las mujeres afrodescendientes aún carece de los recursos socioeconómicos y de poder necesarios para el logro de la autonomía física, económica y en la toma de decisiones. Vincular el combate al racismo con la superación de la discriminación de género y la búsqueda de la autonomía de las mujeres afrodescendientes exige asumir como sociedad los grandes desafíos para su reconocimiento individual y colectivo como sujetos de derechos”.
Este análisis que relaciona de manera obligada el racismo que padecen, lo mismo que la discriminación, es el resultado de un trabajo colegiado que vale la pena estudiarse aun más porque cuando nos referimos a las mujeres también lo hacemos de manera vinculante a las niñas y jóvenes que son las más vulnerables en medio de esta lacerante realidad. El estudio se encuentra dividido en cinco capítulos cuyos títulos son una revelación de los temas principales en las agendas globales, incluyendo el último de éstos que conmina a la reflexión. El índice en cuestión presenta los siguientes aspectos a abordar entre los que resaltan: Autonomía económica de las mujeres afrodescendientes, Autonomía física de las mujeres afrodescendientes y Autonomía en la toma de decisiones de las mujeres afrodescendientes.
El estudio publicado en 2018 que se encuentra en el repositorio de la CEPAL, tiene una vigencia de conceptos importantes y una perspectiva étnica que debe ser tomada en cuenta de forma eficaz por los gobiernos.
Por Mauricio Leyva