Indiferencia, eso es casi todo

Fecha:

Medios de comunicación y redes sociales rebosan noticias informando las campañas de los candidatos. Sólo Movimiento Ciudadano agrega misterio a su prospecto, pero se antoja estrategia calculada, destinada a incautos o indecisos, con propósitos de promoción. Pero ese misterio basta para ocupar planas y espacios de radio y televisión que publicitan un partido sin ideario ni propuestas, plegado al pragmatismo oportunista, sometido al antojo o conveniencia de Dante Delgado. Da la impresión de que la política satura la vida de los mexicanos: asunto de efervescentes tertulias de café, tema de fogosas sobremesas, motivo “al calor de unas copas en la barra de un bar”. Después de la elección de las candidatas de Morena y del Frente Amplio, no hay conversación distinta, ni más interés, ni otra curiosidad. López Obrador contribuye decisivamente a esta espesa atmósfera mediante mañaneras que “fijan agenda”. Nada hay que desplace por un momento la prioridad de 2024. Regresan las campañas con seis meses de anticipación ante la mirada ausente del Instituto Nacional Electoral. El país inicia el proceso electoral más grande y nada debe obstaculizar la gesta. Al fin, reitera Andrés Manuel, los mexicanos ya tienen conciencia política y viven para la política. El México oficial consume su discurso oficial llenando sus actos con la conciencia política de los acarreados.

Esta apariencia se desvanece al contacto con la realidad. En lo cotidiano, la política apenas amerita atención que no sea la última boutade del presidente municipal o, excepcionalmente, del gobernador. Candidatos, partidos y coaliciones ocupan a comunicadores y articulistas, pero no a ciudadanos inmiscuidos en otras cosas menos espectaculares pero decisivas para sus vidas. La indiferencia aumenta en la misma proporción en que se aleja de los centros urbanos. Villas, pueblos, rancherías viven de espaldas al discurso oficial. La política todavía no llega. Quizás alcance semanas antes de los comicios o quizás nunca. Pero esos ciudadanos tienen conciencia aunque no sea la conciencia promovida desde Palacio Nacional. Otras son sus preocupaciones no equiparables a las del Ejecutivo y los partidos. Les inquieta la violencia, la inseguridad, la pobreza, el desempleo, la asistencia sanitaria. Todo aquello de lo que el Presidente prescinde en sus conferencias de prensa y que los candidatos omiten en reuniones y mítines. Todo aquello que las redes sociales callan y que los medios de comunicación relegan a interiores o notas desprevenidas en un instante de emisión. El México oficial esconde a México, México ignora al México oficial.

Los políticos prescinden de la realidad, los periodistas construyen la realidad que conviene a los políticos pero no a los ciudadanos. Dos naciones opuestas, contrarias, polémicas.

Dos Méxicos enfrentados en silencio, pero en apariencia indiferentes: el oficial y el de los mexicanos, el virtual y el real, el de minoría y el de mayoría. La paradoja reside en que el país minoritario vive muy bien con el pretexto de servir al país mayoritario que vive muy mal.

spot_img

Compartir noticia:

spot_img

Lo más visto