El futbol, como la vida: a veces da, a veces quita…
Apenas vamos a inicios de mayo y el futbol llora la partida de 3 genios de la pelota: Franz Beckenbauer, Mario Zagallo y el último César Luis Menotti, ¡nada más!
Explicar o desarrollar la carrera de cada uno sería redundar en lo que durante años se escribieron sobre ellos, y por ende, desperdiciar la gran oportunidad que me brinda este espacio de rendirles un homenaje póstumo a tres campeones del mundo.
La reciente partida de César Luis Menotti, es un duro golpe para los románticos del deporte, para aquellos comprenden la vida con una pelota a los pies y una cancha en la cabeza. El flaco, fue un idealista, un filósofo y sin duda un hombre que cambió la mentalidad de cuanto futbolista tuvo a su alcance.
Resumir o tratar de englobar la sabiduría de Menotti en frases es casi imposible, pero si tuviera que escoger un par que lo retraten de cuerpo entero serían: “El futbol es espacio, tiempo y engaño”, una visión particular, simple y concisa de como interpretó el deporte y lo trasladó al terreno de juego, cual artista sobre su lienzo.
Y la segunda: “Hay un futbol de izquierda y otro de derecha. Los más generosos, los más artistas, los más cultos siempre fueron de izquierda”. Evidentemente Menotti siempre fue de izquierda.
En enero se adelantaron Franz Beckenbauer y Mario Lobo Zagallo, que a diferencia de Menotti ganaron la copa del mundo como jugadores y como integrantes del cuerpo técnico, dos personalidades muy diferentes.
Mientras el brasileño afirmaba “Si quieres que algo te salga bien, llama a Zagallo”, el alemán era mucho más terrenal y arengaba a sus jugadores con un discurso que trascendió la historia y que remató con el “Salgan, diviértanse y jueguen al futbol”. Y con todo y la disparidad de pensamientos, ambos fueron catalogados como genios de la pelota, como las mentes maestras que construyeron campeones del mundo.
Por último quiero también despedir a un amigo que no ganó la copa del mundo, pero que también nos conocimos por la pelota, por el futbol y nos hizo vibrar con sus relatos, en la memoria quedarán tus gritos apasionados y tus emociones muchas veces contenidas. Gracias, querido Paco Villa, te fuiste el mismo año que varios genios decidieron partir, y ¿sabes qué? No es casualidad. ¡Caramba, no lo puedo creer!
Gustavo Sánchez (@Gusharris76)