Este 9 de diciembre se conmemoró el Día para la Conmemoración y Dignificación de las Víctimas del Crimen de Genocidio y su Prevención, establecido por la Organización de las Naciones Unidas el 29 de septiembre de 2015. De acuerdo a los lineamientos de la ONU, esta conmemoración tiene dos objetivos fundamentales, a saber, la prevención y el castigo de quienes comenten éste terrible acto: Las iniciativas de conmemoración y recuerdo están estrechamente vinculadas a las dos obligaciones establecidas por la Convención sobre el Genocidio: la prevención y el castigo del delito de genocidio. Promover el esclarecimiento de la verdad y la cicatrización de las heridas, fomentar una cultura de educación para la paz, la cohesión social y el respeto de la diversidad, dejar constancia del pasado y recoger testimonios de víctimas y supervivientes, crear y mantener archivos, y contribuir a reducir los casos de negación del genocidio y de glorificación de los criminales de guerra, son actuaciones que contribuyen significativamente al cumplimiento de estas dos obligaciones fundamentales.
Estos delitos encuentran entre otros indignantes ejemplos los campos de concentración, lo ocurrido en Rwanda, el mismo acto reprobable en Srebrenica y todos los que se siguen generando en el marco de las guerras que actualmente se libran. En estos hechos habría que destacar el trabajo de los colectivos, las organizaciones no lucrativas, museos, instituciones de la iniciativa privada y universidades (por citar algunas) y su encomiable y valiente trabajo por denunciar y mantener viva la memoria de actos que los gobiernos en muchas ocasiones pretenden borrar, omitir o simplemente, no reconocer. Justamente en el ángulo que se formula, actualmente tenemos instituciones como el Museo de Memoria y Tolerancia en la Ciudad de México, el cual mantiene una reserva intelectual y artística invaluable que convoca de forma permanente a profundas reflexiones sobre los alcances de las guerras, de la construcción de una paz sostenible, los derechos humanos y la lucha contra los estereotipos, entre otros profundos asuntos relevantes de interés internacional. Ejemplos de acciones e instituciones creadas con la finalidad de mantener viva la memoria de actos reprochables que atentan contra los derechos humanos los encontramos en varios países, lamentablemente, el objetivo que de manera esencial existe para recordar el dolor y a las víctimas (mayormente inocentes) y no cometer los mismos errores, parece lejano ante el panorama actual en el que, no existe un continente en el cual no se esté librando una guerra, en consecuencia: una pérdida espantosa de vidas humanas en condiciones de violencia extrema.
Por ello, cuando la realidad se encuentra con los discursos y las acciones articuladas por las potencias del mundo no son capaces de frenar la carrera armamentista, o, siguen inmersos en conflictos bélicos, es inevitable cuestionarse sobre la efectividad de la buena voluntad.