Unos años de vanidad y acciones sobresalientes, los jóvenes buscamos en cada aspecto que nos hace ruido para despertar nuestras pasiones e inhibir aquellos tormentos de la mente, naturales de la edad. Unos buscan actividades deportivas, otros sexuales, otros académicas y otros sociales, pero un sector muy fuerte -o descuidado- se las ha arreglado para volver a la tierra humana con apoyo de sustancias nocivas. La droga recorre los espacios de recreación donde muchos de nosotros cultivamos el deporte, la educación y la cultura. Hoy en día circula más y no parece detenerse. Atenta contra nuestro desarrollo.
Con base a la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (ENCODAT), El 21% de los adolescentes entre 12 a 19 años eran consumidores actuales; 4.6% del mismo rango de edad son fumadores; y una de cada 16 personas en los mismos años ha consumido cualquier tipo de droga. Esto con último informe a 2021.
Desde ese año es una incógnita determinar cuántos jóvenes se vuelven dependientes a este tipo de sustancias. Y el problema no sólo viene en su consumo, sino en la venta de estos por parte de la misma población del rango de edad: según informó la Fiscalía de la Ciudad de México, entre 2012 y 2020 hubo un 966% de aumento de jóvenes incursionando en el narcomenudeo.
Y los datos son más alarmantes porque se viven en probabilidades y suposiciones: varios estudios oscilan que entre los 35 mil a 450 mil niños y jóvenes en México tienen un vínculo con el crimen organizado.
Estas pequeñas estimaciones sólo me muestran y me llenan de la incertidumbre al ver la vasta e indiferente información que hay de estos temas. Se están abandonando a las juventudes, dejándolos a su suerte en un camino rocoso e incitador a cualquier actividad criminal. Las sensaciones que te da probarlas, la necesidad económica, la tentación al fácil dinero y la falta de espacios de información y rescate sólo hunden a una generación en etapas confusas de la vida.
Exhorto a investigar del tema y darse cuenta de la poca información que ha circulado en los últimos 4 años. Parece ser un tema controlado, pero no estamos al tanto de las necesidades en otros lugares del país. Estados donde el crimen organizado es parte del día al día de muchas personas. Normalizan la violencia, encuentran el trabajo digno en ese mercado y pierden su humanidad al involucrar a las generaciones futuras. No digo que la mayoría, pero sí un sector preocupante.
Los gloriosos años joviales, representados con enjundia por aquellos nostálgicos que carecen de un sentimiento de realización. Claramente que hay un grado de recuerdo y de experiencias que forman a las grandes mentes de nuestros tiempos; se nos permite consolidar a nuestra persona entre lo que vivimos y lo que buscamos ser. Entiendo que es una etapa sumamente confusa, pero es importante darle el detalle necesario, porque perderán toda su vitalidad. Todo lo que caracteriza ser un joven.
