La institución que marcó el rumbo del futbol mexicano durante la última década, no tiene técnico y al parecer tampoco rumbo: los Tigres caminan sin cabeza.
Desde muy temprano del martes se comenzó a mover el rumor de que algo no andaba bien en los Tigres y conforme pasaron las horas se supo que Robert Dante Siboldi no seguiría al frente del equipo: las razones eran y hasta el momento son desconocidas, pues el comunicado es muy escueto y no especifica ningún motivo por el cual se llega a dicha determinación.
Obviamente y como pasa en todos los ámbitos, esto abre la puerta a la especulación que rodea a esta estrepitosa salida, pues trasciende que hubo un intercambio de información previo a la vuelta de los cuartos de final frente a Monterrey, incluso periodistas como David Medrano, afirmaron que hay capturas de pantalla y audios donde esta versión podría ser confirmada.
Más allá de eso, que podría o no ser cierto, vale la pena reflexionar sobre las polémicas que siempre rodean a Siboldi cuando deja un equipo. Le pasó en Santos, le pasó en Cruz Azul y le ha vuelto a suceder ahora, y siempre señalan al propio técnico o a su gente cercana como es el caso hoy.
Es un hecho que el técnico uruguayo es un hombre que ofrece resultados lo hizo con Santos al salir campeón, sentó las bases para el título de Cruz Azul que después cosechó Juan Reynoso y con Tigres ganó la liga cuando llegaba solo por seis partidos, sin embargo, también sus salidas nunca son del todo claras.
Con Santos se fue envuelto en una polémica de problemas con el vestidor, de Cruz Azul se fue por la puerta de atrás y señalado de “entregar” el partido aquel de la remontada de Pumas cuando perdió una ventaja y ahora con Tigres sucede algo similar, lo cual ya deja de ser anecdótico para convertirse en sospechoso.
Está claro que culpar y señalar sin probar, es lo más ruin, pero también dentro de los métodos de investigación una parte muy importante es la observación y lo que aquí se observa es que siempre hay algo “raro” en cada salida del técnico uruguayo.
Evidentemente de ser cierto de lo que se le acusa, resulta una situación muy grave, pues implicaría a otros equipos y / o personajes, pues para que se presente un acto de corrupción se necesitan dos partes y evidentemente destaparía la caja de pandora.
En cuanto a Tigres como institución, otra vez deja mucho que desear, pues un equipo grande debería explicar o señalar las razones por las que se deshace del entrenador para justamente evitar todo tipo de especulaciones alrededor de ellos cuyo prestigio también se ha visto golpeado, pues desde la salida del Tuca Ferreti (también en circunstancias poco claras) este tipo de cosas se convirtieron en habituales y en nada abona al buen nombre que han forjado y labrado en la última década.
Seguro estoy que quedan muchos capítulos por escribirse en esta novela y ojalá se hagan con estricto apego a la verdad y a las pruebas porque en este lío no queda bien parado nadie, ni Siboldi, ni sus auxiliares, ni los Tigres, ni nadie.
Mientras, que la pelota siga rodando.
Por (@Gusharris76)