El futbol mexicano, ¿de cabeza?

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Desde hace algún tiempo tengo la sospecha de que el futbol mexicano atraviesa una etapa de transición importante la cual es más dura de lo que estaría presupuestado. Sin embargo, cada semana que pasa creo que dicha transformación va directo a un callejón sin salida.

A principios de año y tras el fracaso que supuso Catar 2022 hubo una serie de propuestas y de ideas para “levantarnos” del duro golpe. Ideas que impactarían en la estructura del futbol mexicano tanto en la liga como en las selecciones y que aparentemente fueron más promesas de campaña que planes de trabajo.

La selección mexicana navega sin rumbo. Hay jugadores en Europa, pero o están en ligas menos competitivas, o en equipos de menor exigencia: Guillermo Ochoa, capitán del equipo nacional, juega en el Salernitana, último de la Serie A italiana,Johan Vásquez, en el Génova, lugar 13 de la misma liga.

En España la situación es aún más grave: Julián Araujo es el lateral del Cádiz, lugar 16 de la liga; César Montes es el defensa central del Almería, último lugar de la misma competencia y si nos vamos a torneos que podrían estar un escalón por debajo de los mencionados, nos encontramos que Jorge Sánchez está en el tercer lugar de Portugal, Porto, sin embargo solo ha jugado 5 partidos, mientras que Hirving Lozano y Santiago Giménez son referentes en Holanda con el PSV y Feyenoordrespectivamente. Eso sin mencionar, que se anunció con bombo y platillo una estructura en selección donde Gerardo Espinosa sería el técnico de la sub 23 y a las pocas semanas renunció para dirigir al Puebla, pero por cuestiones de reglamento no le fue permitido.

Tal vez todo lo anterior explica el pobre nivel exhibido por la selección en Honduras y si hoy eso no se revierte en el estadio Azteca, será una alerta grave de cara al mundial 2026, pues deberán jugarse el pase a la Copa América en una sola oportunidad.

Si volteamos a la liga local, el torneo ha sido un catálogo de malas decisiones e incoherencias: desde partidos aplazados porque se usaron los estadios para conciertos, hasta alineaciones indebidas que repercutieron a nivel mundial.

Primero arranca la liga sin seleccionados porque están en plena competencia de la copa oro, pero ¿por qué pasó esto? Muy fácil había que jugar un torneo inventado como la Leagues Cup que solo dejó lesiones y severas críticas a los equipos mexicanos, ¡ah sí! Y unos cuántos dólares.

Después los partidos aplazados porque las canchas estaban inservibles hizo que el calendario tuviera que modificarse y eso repercutió en que los equipos estuvieron con igual número de partidos jugados hasta la fecha 16, o sea, una antes de terminar el campeonato regular.

Se presentaron tres casos de alineación indebida y los tres se resolvieron de diferente manera, una incluso tuvo que ser el TAS quien determinara la anulación de una sanción impuesta por la propia Federación. Un ridículo absoluto.

Y para terminar, el torneo se vuelve a detener previo a su mejor etapa, la liguilla, por una fecha FIFA que deja sin actividad a los equipos clasificados por espacio de 15 días en el “mejor de los casos” y luego nos preguntamos ¿por qué no llegan los resultados a nivel internacional?

Lo que se obtiene en la cancha muchas veces es el reflejo de lo que se trabaja en los escritorios y si bien el futbolista es el principal responsable de los resultados, ellos también son producto de los lineamientos que desde las oficinas se trazan para su óptimo desempeño o ¿qué piensan ustedes? 

Mientras, ¡qué la pelota siga rodando!

Por Gustavo Sánchez (@Gusharris76)

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