Desde que la tecnología llegó, cautivo nuestras vidas y tenemos control de ella desde nuestro teléfono, si acaso no es al revés…
Son muchos los beneficios de los que se presume revolucionaron el mundo, pero ¿será que todo lo que ha traído ha beneficiado? Sin duda muchas de sus herramientas han vuelto obsoletos grandes procesos, pero otros los ha desvirtuado, incluso los ha puesto en banca de espera, tal cual, el hábito de escribir, por lo que lanzo una pregunta: ¿Cuándo fue la última vez que hiciste una nota en papel, que realizaste un apunte, una carta, una nota? Seré más atrevido: ¿cuándo identificaste un error ortográfico sin el auto corrector? ¿Cuándo fue la última vez que hiciste alguna operación matemática escribiéndola?
Recordemos hace un par de meses la nota que sacudió nuestras mentes dándonos un tope de realidad, con lo desvelado en el Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés), dónde, México fue el tercer país peor evaluado de la OCDE en Matemáticas y Comprensión Lectora, Solamente 7 de cada 1,000 estudiantes mexicanos lograron llegar a los niveles destacados.
Mientras son peras y son manzanas, muchos minimizaron los resultados, echaron culpa a la pandemia, a gobiernos anteriores, pero ¿será que no analizaron los puntos clave para mejorar la educación? Parece se centraron en limpiar la culpa que en remediar el hecho y es una realidad, la educación esta por los suelos, cuando en nuestro país 7 de cada 10 niños buscan ser influencers.
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¿Qué pasará en un México donde un profesionista con al menos licenciatura tiene un salario que no le otorga nada para una buena calidad de vida? ¿cómo apostaría un estudiante a ser profesionista cuando vale más un año de escuela que lo que podría ganar en un año? ¿cómo criticamos el nivel educativo de nuestro país sin poner manos a la obra, cuando es más fácil aprender un baile de TikTok que las multiplicaciones? ¿cómo si los maestros dividen su sueldo entre su bienestar y trabajo? Pues sigue siendo insuficiente por los sueldos no digamos poco competitivos, bajísimos, con que cada año queda en el aire la promesa de un aumento y entre pocas garantías para quienes enseñan y pocas condiciones para los que aprenden, pero mayores comodidades para los que en un curul se duermen el mundo se cae.
Y es que el mundo sigue patas arriba, México avanzando sin camino, sin guía, intentemos un ejercicio, escribe dos párrafos de esta columna, ¿seguro hay un poco de dolor en tu mano, ¿no? ¿qué será del día que olvidemos escribir?
