En Guatemala las elecciones de hace unos meses para definir al nuevo presidente de la nación han sido un requisito que no decide al presidente sino, en todo caso, a alguien que quizás pueda llegar a ser presidente. La designación no obedece al resultado de comicios democráticos. En todo caso, a la revisión de esos resultados según el interés del aparato del Estado. Se enfrentaron la exprimera dama Sandra Torres, representante del establishment, y Bernardo Arévalo, socialdemócrata y candidato de Movimiento Semilla, quien se hizo con un discurso anticorrupción. Al mismo tiempo, la sección contra la Impunidad del Ministerio Público dirigido por Consuelo Porras reclamó la inhabilitación de Movimiento Semilla a causa de firmas falsas que avalaron la constitución del partido. Se da la circunstancia de que la titular de Impunidad del Ministerio Público está incluida en la lista de corruptos del departamento de Estado de EEUU. Un juez firmó la orden de allanamiento para que la Fiscalía irrumpiera en la sede de Semilla e incautara documentación sensible. La Corte Constitucional expidió un fallo anulando la intervención de la fiscalía, así como la decisión del juez. El candidato Arévalo se benefició de esta actuación recibiendo un apoyo del 70% en intención de voto. Las elecciones se polarizaron al extremo al confrontar al aparato político tradicional con una alternativa contraria al statu quo.
Descubre más artículos del autor: Jacobo Pineda
Ganó las elecciones del 20 de agosto Bernardo Arévalo de León, candidato de Semilla, con un 59% del total de los sufragios, frente al 35% de su rival Sandra Torres. En principio, será investido el 14 de enero en sustitución del actual mandatario Alejandro Gimmattei. Se trató de la elección más controvertida desde el regreso de la democracia en 1986, debido a las actuaciones judiciales y del Ministerio Público. La Fiscalía volvió a amenazar con perseguir e ilegalizar al Movimiento Semilla por fraude a la hora de conseguir el registro. Recientemente, el 9 de este mes, el Ministerio Público ha vuelto a denunciar al movimiento de Arévalo ahora con la acusación de lavado de dinero con objeto de invalidar el resultado de las elecciones. Por su parte, el Tribunal Supremo Electoral de Guatemala ha garantizado el triunfo de Bernardo Arévalo como presidente del país en contra de la anulación de los comicios efectuada por la Fiscalía. Blanca Alfaro, presidente del Tribunal Electoral, avaló los resultados electorales excepto si la Corte de la Constitucionalidad anula la decisión del Tribunal Electoral.
Arévalo ha denunciado tanto la falta de argumentos jurídicos del Ministerio Público en su actuación, como persecución política en contra de Movimiento Semilla proclamando un golpe de estado de facto por parte de la Fiscalía al servicio del establishment. A pesar de las denuncias del presidente electo sobre manipulación e inconsistencia de pruebas para anular las elecciones, el Ministerio Público está decidido a impedir que asuma la presidencia. Con todo, la OEA ha denunciado el golpe de estado en Guatemala, así como el Congreso y Senado de EEUU. Mientras Arévalo se atrinchera recabando apoyos internacionales, Rafael Curruchiche, Fiscal Especial contra la Impunidad, declara que ha encontrado nuevas pruebas que corroboran la ilegalización de Movimiento Semilla. El acoso que sufre Arévalo ha generado violentas protestas en la calle que reclaman la renuncia de Porras y Curruchiche. Todo está en manos de lo que resuelva la Corte de la Constitucionalidad.