¡De “Casos de Alarma!» a la vida Digital: el sensacionalismo en el Periodismo Mexicano que se mudó al Podcast

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Hace tiempo la revista «Alarma!» se convirtió en un símbolo inconfundible del periodismo sensacionalista mexicano. Sus portadas, tanto gráficamente impactantes como explícitamente narrativas, se convirtieron en conversación obligada en cada esquina del país. Estas portadas, con titulares como “Ecueramiento y Mariguaniza en el concierto” o “Muerte a las Poquianchis”, reflejaban una realidad cruda y, a menudo, perturbadora del México de aquel entonces.

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No obstante, mientras «Alarma!» ganaba terreno en los quioscos, también enfrentaba críticas por su enfoque amarillista y las cuestiones éticas asociadas con su contenido. A medida que avanzaba el tiempo y la sociedad evolucionaba, la revista comenzó a enfrentar desafíos económicos y de circulación. Su influencia, una vez dominante, comenzó a desvanecerse, dejando tras de sí un legado controvertido.

Sin embargo, el espíritu de «Alarma!» no desapareció; simplemente hoy se adaptó a la era digital. La explosión de los podcasts en plataformas digitales ofreció un nuevo medio para narrativas sensacionalistas. Estos podcasts, sin las restricciones tradicionales de los medios impresos, se adentraron en historias aún más escandalosas y explícitas.

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La facilidad de creación y distribución en plataformas como redes sociales ha permitido que cualquier individuo con acceso a un micrófono con Internet se autodenomine «periodista» o «presentador». Esta democratización del contenido, si bien ha brindado voz a muchas historias y perspectivas valiosas, también ha dado lugar a un aumento en el sensacionalismo, a menudo a costa de la veracidad y la ética.

Pero, ¿es justo comparar la era dorada de «Alarma!» con los podcasts actuales? Si bien ambos medios tienen sus diferencias inherentes, la esencia sensacionalista persiste, alimentada por una sociedad ávida de historias impactantes, muchas veces haciendo apología a la violencia.

En última instancia, la evolución del sensacionalismo, desde las portadas de “Alarma» hasta los podcasts modernos, refleja un deseo humano fundamental: el anhelo de ser informado, entretenido y, a veces, escandalizado. Sin embargo, como consumidores, la responsabilidad recae en nosotros discernir entre la realidad y la ficción, entre el morbo y la verdad, en un mundo cada vez más inundado de información y desinformación.

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Busquemos entonces fomentar el pensamiento crítico desde la juventud. enseñemos a discernir entre noticias verídicas y sensacionalistas. Al equipar a las nuevas generaciones con herramientas para analizar la información, promovemos una sociedad más informada y menos susceptible al sensacionalismo que cambia generaciones.

¡Buen Día!

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