Anatomía de un drama judicial

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Se ha colocado como la película francesa del momento por su trascendencia al ganar la Palma de Oro en Cannes y por su nominación a la próxima entrega de los Oscars en la categoría de Mejor Película, y llama la atención por ser una historia court drama, o drama judicial, que se desarrolla en gran medida en el interior de un tribunal francés.

Anatomía de una caída (Anatomie d’une chute, 2023) es el sexto largometraje de la realizadora Justine Triet, que cuenta la historia de la escritora alemana residente en Francia, Sandra Voyter, quien recibe en su casa a una joven atractiva Zoé para concederle una entrevista, pero es interrumpida por la estridente música de su marido que pone en alto volumen P.I.M.P. de 50 Cent, dicen los que saben, que es una canción sobre el dinero, el poder y el control, y que describe a las mujeres como objetos y trabajadoras sexuales.

Daniel, el niño de 11 años hijo del matrimonio que ha quedado ciego a causa de un accidente, sale de casa a pasear con su perro guía entre la nieve de los Alpes y cuando regresa, se percata que el cadáver de su padre yace en el piso con la cabeza sangrada por una aparente caída desde el balcón.

El peritaje no es concluyente. Le fue encontrado un golpe en la cabeza, pero no es definitivo saber si le ocurrió al caer o fue golpeado con anterioridad. Ante la duda, la principal sospechosa es la señora Voyter, por lo que tendrá que demostrar su inocencia a través del abogado, y expareja Vincent.

La película se vuelve entonces un drama judicial de una mujer acusada de asesinar a su esposo, al golpearlo y arrojarlo por la ventana del segundo piso de su casa. No hay testigos por lo que tendrán que valerse de los testimonios y las pruebas periciales.

De la línea de películas que se desarrollan en salas de audiencias para demostrar la inocencia de un personaje culpado de homicidio como El Juez (2014); Crimen Perfecto (2007) o Se presume inocente (1990), la película nos permite conocer las formas en qué desarrolla una audiencia de juicio oral en Francia; Voyter habla inglés, pero le piden que desarrolle sus testimonios en francés por estar en ese país de origen, sin privilegiar su derecho a una defensa adecuada.

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La señora Voyter es señalada por la fiscalía, con apoyo de psicólogos y hasta editores de libros, de frustrar la carrera de escritor de su esposo, de violentarlo. A través de un audio que se expone en la audiencia que registra un pleito con violencia con su esposa, la acusan a ella de haber sido quien golpeó “porque era la que estaba más enojada”. La corte francesa pondera también el principio del interés superior de la infancia, al permitir que el hijo participe en el juicio privilegiando sus testimonios.

Si bien son incontables los dramas judiciales de personas acusadas de crímenes que no cometieron, Anatomía de una caída es una bocanada de aire fresco al género, porque Justin Triet escribe un guión que le permite a la actriz Sandra Hüller imprimirle una sensibilidad indescifrable al personaje, que le da una salida al argumento que nos deja todavía con muchas dudas.

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La película puede ser vista en salas de nuestro país. Invito a no pasarla desapercibida.

Nos leemos el jueves.

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