La situación en la Sierra de Chiapas se ha vuelto aún más preocupante debido a la escalada de violencia y la incursión del crimen organizado en las viviendas de familias desplazadas, utilizando estas casas como puntos de operación y seguridad. A pesar del despliegue de al menos 2,300 militares en la zona, comandos armados continuaron tomando viviendas el día de ayer.
Violencia en Chiapas aumenta
El grupo responsable de estas ocupaciones es conocido como «El Maíz», un brazo del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Los residentes de la región han denunciado la presencia de estos grupos armados en sus comunidades, así como la coacción de personas para unirse a sus filas, obligando a quienes se resisten a abandonar sus hogares.
Líderes locales han reprochado la falta de presencia militar en las comunidades afectadas, señalando que el Ejército se concentra principalmente en las cabeceras municipales, dejando a las comunidades más vulnerables ante la violencia del crimen organizado.
En Chicomuselo, ubicado a 25 kilómetros de Frontera Comalapa, un dirigente que pidió mantener el anonimato por temor a represalias, indicó que en las comunidades no ha habido presencia militar y que los pobladores no han podido regresar a sus hogares, que han sido ocupados por migrantes o sicarios.
La situación ha llevado a que algunos pobladores que se niegan a unirse a la organización criminal deban pagar hasta 300 pesos diarios, equivalente a un jornal, para que alguien vaya en su representación a los bloqueos y actividades impuestas por estos grupos armados.
Inquietud en la población se ha agravado
La inquietud en la población se ha agravado ante la percepción de que los militares no han logrado contener a los delincuentes, y existe la preocupación de que, una vez que se retiren las fuerzas militares, la situación empeore y los grupos armados se sientan impunes.
Los pobladores también han denunciado que hombres armados han amenazado de muerte a religiosos que se han negado a instar a la población a unirse a las actividades criminales. La situación en la Sierra de Chiapas es un reflejo de la creciente amenaza del crimen organizado en diversas regiones de México, que continúa desafiando los esfuerzos de las autoridades para restaurar la paz y la seguridad.
Por: Patricio Álvarez.