Una de las promesas de campaña de Andrés Manuel López Obrador fue apaciguar a México, hecho que tomaría tiempo, decía, pero que era posible. Durante su administración, sin embargo, la cifra de homicidios dolosos cerrará en aproximadamente 171,000.
El Observatorio Nacional Ciudadano (ONC) afirma que el sexenio de AMLO será recordado como uno de los más violentos por cifras en homicidios dolosos, extorsión o violación que, en algunos casos, marcaron nuevos récords.
Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en 2023 se superó nuevamente el margen de 30,000 asesinatos en un año: 30,523 personas fueron víctimas de asesinatos y feminicidios a lo largo de todo el país ese año; un promedio diario de 84 muertes violentas.
Aunque esta cifra constituye una reducción de 4.4% de las víctimas, en comparación con un año anterior (2022), cuando 31,954 personas perdieron la vida de manera violenta, el sexenio del presidente López Obrador ya superó en materia de asesinatos a los gobiernos pasados.
En su reporte “Final de sexenio, se confirma el fracaso de cumplir las metas en seguridad”, el ONC realiza un ejercicio comparativo entre las cifras correspondientes a las administraciones de Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, mostrando un incremento entre 39 y 53% en homicidio doloso; del 35 al 62% en extorsión y del 19 al 43% en violación.
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Además, el ONC afirmó que existe un subregistro y posible manipulación de datos en algunos delitos, por ejemplo: la categoría de «Otros delitos que atentan contra la vida”, apuntó, va en aumento, mientras que el homicidio doloso ha mostrado una reducción.
Andrés Manuel López Obrador ha reconocido públicamente que su gobierno es el que más homicidios dolosos en la historia de México arroja, sin embargo, ha acusado esto como herencia de administraciones anteriores.
El Gobierno Federal quedará lejos de cumplir las metas comprometidas en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 a propósito de la reducción de la violencia en el país. La administración entrante tendrá, entre sus más importantes pendientes, generar estrategias para garantizar, de forma real, pacificar al país.
