México se enfrenta a un desafío significativo en su sistema de salud, ya que tiene el gasto en salud más bajo por habitante entre los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Este bajo gasto se traduce en una serie de problemas de salud y de atención médica en el país.
El gasto en salud por habitante en México es de tan solo mil 181 dólares, lo que representa menos de una cuarta parte del promedio de gasto en salud de la OCDE, que es de 4 mil 986 dólares. Incluso en comparación con otras economías latinoamericanas, como Colombia y Costa Rica, México se encuentra rezagado en términos de inversión en salud.
Un aspecto preocupante es que aproximadamente el 47 por ciento del gasto en salud en México proviene directamente de los bolsillos de las familias, lo que refleja un problema de financiamiento en el sistema de salud. Esta situación se agrava debido a la desigualdad de ingresos en la región.
En cuanto al porcentaje del producto interno bruto (PIB) destinado a la salud, México invierte solo el 5.5 por ciento de su PIB, lo que está por debajo del promedio de la OCDE, que es del 9.2 por ciento. Además, la falta de infraestructura y personal médico es un desafío adicional. México tiene una de las tasas más bajas de camas de hospital, médicos y enfermeras por cada mil habitantes en comparación con otros países de la OCDE.
El país enfrenta desafíos de larga data, como la alta tasa de mortalidad infantil y una esperanza de vida por debajo del promedio de la OCDE. Además, se suman nuevos problemas de salud, como la alta prevalencia de obesidad y diabetes. Uno de cada tres adultos en México es obeso, lo que tiene un impacto significativo en la economía y la fuerza laboral. La alta prevalencia de la diabetes también ejerce presión sobre los recursos del sistema de salud.
La OCDE subraya la necesidad de que México y otros países de América Latina que son miembros de la organización inviertan más y de manera más eficiente en sus sistemas de salud, especialmente en servicios de atención primaria. Se estima que hasta el 20 por ciento del gasto en salud se desperdicia, lo que enfatiza la importancia de utilizar los recursos de manera más efectiva para abordar estos desafíos en el sistema de salud mexicano.
Por: Ingrid Castillo