Durante la primera quincena de mayo de 2025, la inflación general anual en México alcanzó un 4.22%, superando las expectativas del mercado que estimaban un 4.02%. Este incremento representa el mayor repunte desde diciembre de 2024 y se ubicó fuera del rango objetivo del Banco de México (Banxico), que es de 3% ±1 punto porcentual.
El aumento en la inflación se atribuye principalmente a alzas en los precios de productos agropecuarios, destacando el pollo con un incremento del 8.96%, la papaya con 16.25% y el jitomate con 4.37%. Otros productos que también contribuyeron al alza fueron la vivienda propia, el cine y la carne de res.
A pesar de este repunte, la inflación subyacente —que excluye los precios más volátiles y es un indicador clave para las decisiones de política monetaria— se ubicó en 3.97%, dentro del objetivo del banco central. Este comportamiento sugiere que, aunque hay presiones inflacionarias en ciertos sectores, la tendencia general se mantiene controlada.
En respuesta a las condiciones económicas, el Banco de México recortó su tasa de interés en 50 puntos base, situándola en 8.5%. No obstante, la postura oficial es mantener una política monetaria restrictiva por el momento, ante los riesgos inflacionarios y la debilidad observada en la actividad económica del país.
Este panorama plantea un desafío para las autoridades, que deberán equilibrar la necesidad de estimular el crecimiento sin comprometer la estabilidad de precios.
