Una investigación de Reuters revela que el 95% de los narcolaboratorios incautados por el Ejército en México estaba en desuso y abandonado.
A pesar de la presión de Estados Unidos para combatir el tráfico de fentanilo, México parece estar asegurando solo un pequeño número de laboratorios activos cada mes.
En marzo, se informó que México había incrementado drásticamente el número de redadas de laboratorios, incluyendo cientos de establecimientos inactivos. Los datos de la Secretaría de la Defensa indican que, de los 527 laboratorios asegurados en los primeros siete meses del año, solo 24 estaban «activos».
Este patrón también se observó en los primeros cuatro años y medio del mandato del presidente López Obrador, con el 89% de los laboratorios asegurados estando inactivos desde que asumió el cargo hasta agosto pasado. Estos datos han generado críticas y cuestionamientos sobre la estrategia de seguridad de López Obrador, especialmente en relación con la presión de Washington para combatir la producción de fentanilo.
La investigación también sugiere que la afirmación del Gobierno mexicano de que en el país no se sintetiza fentanilo es cuestionada, ya que la mayoría de los laboratorios incautados estaban relacionados con la producción de metanfetaminas y no con fentanilo, según los datos de la Secretaría de la Defensa.
Washington ha aumentado la presión sobre México para que intensifique la búsqueda de laboratorios clandestinos en un esfuerzo por asfixiar el flujo ilícito de fentanilo procedente de México, una prioridad para el presidente Biden.
