Ciudad de México – Las intensas lluvias en la capital han puesto en evidencia la vulnerabilidad de sus sistemas de drenaje, pero para combatirlo, Julio César Cu, un buzo de aguas negras, se sumerge en las profundidades de la infraestructura subterránea. Con 42 años de experiencia, Cu se ha convertido en el único en su tipo en el mundo.
Su labor, según explica a EFE, se basa completamente en el tacto y la comunicación con su equipo en la superficie. Su trabajo consiste en el mantenimiento y la limpieza de rejillas, así como la instalación de compuertas y bombas obstruidas por la enorme cantidad de basura que llega al sistema, desde llantas y troncos hasta electrodomésticos.
“Cuando entro, a los diez centímetros, pierdo totalmente la visibilidad y trabajo a ciegas. Como ya conocemos cómo es el funcionamiento de las plantas, de las bombas y los lugares donde están las descargas, todo lo voy haciendo a tientas”, detalla Cu.
Un llamado a la ciudadanía
La principal causa de las obstrucciones es la basura, un problema que Julio César Cu ha intentado combatir con un mensaje constante a la ciudadanía. “No tires la basura al drenaje. A final de cuentas yo sigo trabajando, haciendo lo más posible, pero nos gana la cantidad de basura que se tira a la calle”, lamenta el buzo.
Asegura que esta irresponsabilidad no solo complica su trabajo, sino que perjudica a toda la comunidad al ser una causa directa de las inundaciones que afectan a la capital.
Un trabajo de alto riesgo
Julio César Cu, quien está disponible las 24 horas, los 365 días del año, se equipa con un traje hermético de una sola pieza y una pesada escafandra conectada a un «cordón umbilical» que le proporciona oxígeno y comunicación. El descenso a las aguas contaminadas es sumamente peligroso, no solo por los desechos, sino por los riesgos de rasgar su traje con clavos y vidrios, ser golpeado por objetos grandes o incluso quedar atrapado.
A sus 64 años, y sin un relevo a la vista, Cu reflexiona sobre la pasión que lo motiva a seguir. «Me gusta mi trabajo. Me apasiona. Me emociono cada que salgo a trabajar, me da satisfacción salir de una inmersión y haberlo realizado», afirma, destacando que su labor va más allá de un simple empleo, es un servicio esencial para la ciudad.
