Desarrollan método científico en Jalisco para localizar fosas clandestinas mediante flora, fauna y tecnología

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Un innovador modelo de búsqueda de personas desaparecidas fue presentado este viernes en Jalisco, basado en el análisis de flora, fauna, temperatura del suelo y alteraciones en el entorno natural para identificar posibles fosas clandestinas, incluso en terrenos alejados o de difícil acceso.

El proyecto, titulado “Interpretar la naturaleza para encontrar a quienes nos faltan”, es resultado de una colaboración entre colectivos de familiares buscadores, la Comisión de Búsqueda de Personas de Jalisco (Cobupej) y diversas instituciones científicas nacionales e internacionales.

“Nuestro cuerpo sigue existiendo en diferentes formas: en floraciones atípicas, en el tracto digestivo de un escarabajo. Eso nos puede indicar cuánto tiempo lleva una persona enterrada”, explicó Tunuari Chávez, director de análisis de contexto de Cobupej.

El modelo se construyó a partir de diez espacios de experimentación en distintas regiones del estado, donde se enterraron restos de cerdos, cuya descomposición es similar a la humana. Estos escenarios permiten estudiar cómo la presencia de cuerpos altera la vegetación, el suelo y el agua, generando “firmas biológicas” útiles para detectar fosas.

La iniciativa busca agilizar los tiempos de búsqueda, reducir el riesgo para los colectivos y funcionarios, y enfocar esfuerzos en zonas con mayor probabilidad de hallazgos, especialmente en contextos de riesgo por la presencia del crimen organizado.

“Este modelo nos permite determinar la aptitud territorial de un espacio antes de realizar una búsqueda, y priorizar los puntos más prometedores”, señaló Víctor Hugo Ávila, titular de la Cobupej.

El protocolo utiliza tecnologías de punta como drones con cámaras multiespectrales, hiperespectrales y térmicas, georradares, y geófonos para detectar cambios sísmicos en el suelo. Participan especialistas de la Universidad de Guadalajara, el CentroGeo, la Universidad Politécnica de Guadalajara, así como las universidades de Oxford y Bristol, en Reino Unido.

El estudio comenzó en 2023 y se basa tanto en herramientas científicas como en el conocimiento acumulado por los colectivos de búsqueda. En palabras de Ávila:

“Para las familias, este modelo representa una esperanza. No como quisieran, pero al menos con la posibilidad de saber dónde están sus seres queridos”.

De acuerdo con cifras de la Comisión Nacional de Búsqueda, México registra 129,931 personas desaparecidas y no localizadas, con Jalisco a la cabeza con más de 15,400 casos.

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