En el Estado de México, Juan Manuel Yáñez Segundo, originario de Mextitla, San Nicolás Coatepec, municipio de Tianguistenco, ha preservado la tradición del pinole, una bebida prehispánica que se elabora con maíz molido y tostado.
Yáñez Segundo, quien quedó desempleado durante la pandemia, comenzó a elaborar pinole como un emprendimiento para rescatar la tradición alimenticia.
Las materias primas que utiliza son principalmente maíz negro o azul, cacahuazintle, canela y azúcar. El proceso de elaboración inicia desde que se siembra y se cosecha el maíz, posteriormente se almacena en lo sincolotes y se desgrana para hacer el tostado o deshidratado.
Se hace en cazuela de barro y leña que le da calidad y sabor. Se le agrega canela entera, se muele con molino de piedra volcánica, se le agrega azúcar y, en ocasiones, chocolate.
Los productos que elabora Yáñez Segundo son atoles de pinole, velo de novia, velo de novia revolcado, champurrados y derivados como agua, yogurt, licuados y pan, entre otros.
El artesano asegura que el pinole es una bebida nutritiva que contiene vitaminas y minerales como B1, B3, Hierro, Calcio, Magnesio, Fósforo, Zinc y fibra.
El Instituto de Investigación y Fomento de las Artesanías del Estado de México (IIFAEM) invita al público a adquirir el pinole de Juan Manuel Yáñez Segundo, así como a visitar el corredor turístico Santiago-Chalma, donde se puede comprar.
También ofrece, en sus Tiendas de Artesanías “Casart”, una variedad de productos gastronómicos elaborados en la entidad, además de piezas hechas con diferentes técnicas y materiales.
