En el vasto y complejo universo de House of the Dragon, lleno de personajes moralmente ambiguos y traicioneros, pocos logran destacar por su vileza como Sir Criston Cole. Interpretado magistralmente por Fabien Frankel, este caballero ha ganado el desdén de los espectadores por sus acciones despreciables y su constante hipocresía.
Sir Criston Cole comenzó como el apuesto caballero que llamó la atención de la joven Rhaenyra Targaryen. Era encantador, guapo y parecía tener una brújula moral. Pero todo cambió cuando Rhaenyra, nuestra rebelde Targaryen favorita, no quiso fugarse y vivir una vida aburrida con él. En lugar de aceptar el rechazo, Criston dejó que su dolor alimentara una venganza amarga, golpeando a un hombre hasta la muerte en la boda de Rhaenyra por ira. Desde entonces, odia a Rhaenyra.
No hay nada más gratificante que ver a alguien a quien desprecias cometer un error evidente. En la temporada 2 de House of the Dragon, Sir Criston Cole aparece con un nuevo corte de pelo ridículo, similar a un peinado César de Westeros, lo que es solo el último de sus errores que nos ayudan a sobrellevar toda la temporada. Porque, por supuesto, cree que necesita un nuevo corte de pelo elegante para ir a la guerra.
Criston no se quedó llorando por su mala suerte. Transformó su amargura en un arma, aliándose con Alicent Hightower y jugando un papel crucial en la brecha entre ella y Rhaenyra. Susurrando al oído de Alicent sobre las supuestas incorrecciones de Rhaenyra, avivó el fuego de la desconfianza y la paranoia. Todo esto por un orgullo herido. Su manipulación alcanza nuevas alturas en la temporada 2, cuando interroga a Ser Arryk Cargyll sobre su paradero, mientras él mismo estaba en la cama con Alicent.
La lealtad de Criston hacia Alicent y su hijo Aegon no se basa en el honor, sino en un retorcido sentido de rectitud. Se convierte en un fanático, dispuesto a destruir a cualquiera que amenace su reclamo al trono. Su lealtad no es más que una obsesión peligrosa, convirtiéndolo en un implacable ejecutor de la voluntad de Alicent.
Finalmente, la guinda del pastel: la hipocresía. Criston Cole juzga constantemente a Rhaenyra y a los demás por sus decisiones, criticándolos por su falta de virtud. Pero él mismo rompió sus votos como Guardia Real al acostarse con Rhaenyra. Tiene más dobles estándares que platos en un banquete de Poniente. Es rápido para condenar a los demás mientras ignora convenientemente sus propios pecados.