La magia y la emoción han inundado el Auditorio Nacional con el regreso de la icónica obra maestra, «El Cascanueces», presentada por la Compañía Nacional de Danza y la Orquesta de Teatro de Bellas Artes. Esta encantadora representación, que celebra más de 130 años desde su debut en San Petersburgo, sigue hechizando a audiencias de todas las edades con su cautivadora historia de fantasía y pura imaginación infantil.
Un Espectáculo de Maravillas
El telón se alzó el pasado 15 de diciembre para dar paso a una noche mágica en la que los espectadores fueron transportados a un mundo de hadas y sueños. La coreografía exquisita y la música arrebatadora de Tchaikovski, interpretadas por la Compañía Nacional de Danza y la Orquesta de Teatro de Bellas Artes, crearon una experiencia que trascendió la mera calidad artística, convirtiéndose en una arraigada tradición navideña.
Desde abuelos hasta niños, parejas y amigos, todos se reunieron, abrigados en sus abrigos y bufandas, para presenciar cómo la pequeña Clara, en Nochebuena, recibe un peculiar cascanueces de manos de su padrino, el juguetero Herr Drosselmeyer. En sus sueños, Clara se embarca en un viaje inolvidable cuando su regalo se transforma en un apuesto príncipe, transportándola a un universo de aventuras encantadas.
Emociones Plasmadas en Escena
Cada escena, enriquecida por la participación de hasta 20 o más bailarines, desborda sensaciones que abarcan desde la emoción de la batalla entre el bien y el mal, representada por la lucha entre soldados y ratones, hasta la belleza de los copos de nieve que danzan junto a la Reina de Nieve. La fusión de ballet con música española, árabe y china añade un toque exótico y vibrante a la narrativa.
La escenografía, con su juego móvil de tramoyas, logra manipular la percepción espacial del escenario, transportando al público a un amplio salón, un bosque nevado o un palacio de terrones de azúcar y caramelos. No menos impresionante es la capacidad de la producción para hacer sentir que Clara ha encogido de tamaño en su mundo de ensueño.
Una Temporada Imperdible
Para aquellos que asistan a las próximas funciones, se les recomienda no perder de vista el foso de la orquesta, donde la directora española Julia Cruz despliega su extraordinario talento. Sus movimientos de batuta se sincronizan con la gracia de los bailarines e incluso con los choques de espadas entre el Rey Ratón y el Príncipe Cascanueces.
«El Cascanueces» continuará maravillando al público hasta el 23 de diciembre, invitando a todos a sumergirse en este clásico atemporal que captura la esencia misma de la temporada navideña con su deslumbrante magia y su brillante ejecución artística.
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