El sur del planeta alberga una riqueza de vida silvestre única y, recientemente, los científicos han hecho un emocionante descubrimiento: una especie desconocida de pingüinos que podría ser la más pequeña que haya existido. Este fascinante hallazgo proviene de un fósil recién encontrado en una isla al norte del país oceánico.
Estos nuevos pingüinos, que están emparentados con los conocidos kororā (pingüinos azules), ahora están extintos, pero su existencia pasada ha dejado una huella importante en la historia de la evolución. A pesar de su reciente descubrimiento, estos parientes de los pingüinos neozelandeses habitaron nuestro planeta durante la era Neógena.
El descubrimiento de este fósil no solo es emocionante desde el punto de vista biológico, sino que también arroja luz sobre la evolución y la genética del género Eudyptula, al cual pertenecen los pequeños kororā, considerados los pingüinos más pequeños del mundo. Según el Dr. Daniel Thomas de la Universidad de Massey, «Esta especie destaca por ser de los endotermos marinos obligados más pequeños y tener colonias reproductivas distribuidas en la gama más amplia de temperaturas medias anuales de la superficie del mar observadas en los pingüinos.»
El descubrimiento de esta especie extinta podría proporcionar a los científicos una valiosa evidencia sobre las capacidades adaptativas de los pingüinos a lo largo del tiempo. A pesar de haber vivido bajo tierra durante al menos 3 millones de años, las especies emparentadas de esta familia de pingüinos no han experimentado cambios significativos en su morfología ni en su distribución geográfica. Esto plantea la pregunta de cómo estas especies poblaron el sur del planeta y se adaptaron a las cambiantes condiciones del entorno.
Los resultados preliminares respaldan la idea de que estos pequeños pingüinos tienen un origen neozelandés, con una dispersión posterior hacia Australia durante el Pleistoceno y una expansión más reciente de Eudyptula minor novaehollandiae de regreso a Nueva Zelanda en el Holoceno.
Este emocionante descubrimiento no solo enriquece nuestro conocimiento sobre la historia evolutiva de los pingüinos, sino que también destaca la importancia de preservar la biodiversidad marina en el sur del planeta y seguir investigando los misterios de su pasado.
Por: Ingrid Castillo
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