Violencia en Ecuador: Ataques con coches bomba causan alarma en Quito y el sur del país

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Estos hechos estarían relacionados con “varios traslados de privados de libertad” que se realizaron la víspera.

Cuatro coches bomba explotaron en Ecuador entre la noche del miércoles y el jueves, dos de ellos en la capital en el primer ataque de esta modalidad en Quito, y volvieron a poner atención sobre la violencia en el país. Los atentados no dejaron víctimas ni heridos y las autoridades los relacionan con el traslado de cárcel de varios presos.

Los dos, que estallaron en la capital ecuatoriana, en una zona comercial y financiera, lo hicieron con horas de diferencia y en el entorno de instalaciones relacionadas con el sistema penitenciario nacional. Los otros dos ocurrieron en el sur del país, sin que ninguna autoridad haya establecido por el momento relación con los de Quito.

Hay seis detenidos, que tenían antecedentes.

Los ataques suceden después del asesinato de un candidato presidencial pocos días antes de las últimas elecciones y de la reacción del Gobierno ante el atentado a Fernando Villavicencio de trasladar a presos a otras prisiones, entre ellos, al líder de una de las bandas de crimen organizado que operan en el país a un centro de máxima seguridad.

¿A qué se debe la ola de violencia en Ecuador?


Los ecuatorianos están asediados por la violencia que las autoridades adjudican a enfrentamientos entre bandas que se disputan rutas y territorios para el expendio y distribución de drogas.

Los hechos de violencia han ocurrido principalmente en ciudades costeras como Guayaquil y Esmeraldas.

El sistema penitenciario perdió en los últimos años el control de las grandes cárceles, que han sido escenario de violentos disturbios que dejaron decenas de muertos, y ha optado por trasladar a los reclusos para reducir los conflictos entre las pandillas.

Las autoridades atribuyen el aumento de la violencia en el país durante los últimos tres años a un vacío de poder provocado por el asesinato en 2020 de Jorge Zambrano, alias “Rasquiña” o “JL”, líder de la pandilla local Los Choneros. Los miembros llevan a cabo asesinatos por contrato, realizan operaciones de extorsión, secuestros, mueven y venden drogas y gobiernan prisiones.

Los Choneros y grupos similares vinculados con cárteles mexicanos y colombianos pelean por los territorios, las rutas del narcotráfico y el control de los centros de detención, donde al menos 420 reclusos han muerto desde 2021.

Villavicencio, quien tenía una postura notoriamente dura contra el crimen organizado y la corrupción, fue ultimado a balazos al final de un concurrido mitin político en el norte de Quito a pesar de tener un grupo de seguridad que incluía policías y guardaespaldas.

Había acusado a Los Choneros y a uno de sus líderes, Adolfo Macías, a quienes vinculó con el Cártel de Sinaloa de México, de amenazarlo a él y a su equipo de campaña días antes del asesinato.

La Policía Nacional contabilizó 3 mil 568 muertes violentas en los primeros seis meses de este año, frente a las 2 mil 042 reportadas durante el mismo período de 2022. El año pasado terminó con 4 mil 600 muertes violentas, la tasa más alta de la historia del país y el doble del total de 2021.

Guayaquil ha sido el epicentro de la violencia, pero Esmeraldas, una ciudad costera del Pacífico, también es considerada una de las más peligrosas del país. Allí, seis vehículos gubernamentales fueron incendiados a principios de esta semana, según las autoridades.

Con información de El Financiero.

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