El Spirit of Discovery, un lujoso crucero que navegaba por las Islas Canarias y el Atlántico Norte, se vio envuelto en una pesadilla marítima el pasado domingo cuando una tormenta violenta sacudió el Golfo de Vizcaya, dejando a su paso 100 pasajeros heridos y una estela de daños importantes en la embarcación. Las olas monstruosas de hasta 10 metros zarandearon el barco, obligando al capitán a realizar una maniobra brusca para salvaguardar la seguridad de los pasajeros.
El capitán del crucero, en un intento por evitar mayores peligros, desvió el rumbo hacia Portsmouth, Gran Bretaña, en un esfuerzo por escapar de la furia de la naturaleza. A pesar de los esfuerzos por anticiparse a la tormenta, el barco no pudo evitar ser golpeado duramente, lo que provocó pánico y caos entre los pasajeros. En medio de la confusión y el miedo, más de 100 personas resultaron heridas, con cinco de ellos en estado grave.
Saga Cruises, la compañía propietaria del Spirit of Discovery, emitió un comunicado informando que, si bien la seguridad de los pasajeros se mantuvo como prioridad en todo momento, la naturaleza impredecible del clima provocó lesiones entre los cruceristas. Nigel Blanks, director ejecutivo de Saga Cruises, expresó sus disculpas a aquellos afectados y aseguró que todos los pasajeros heridos recibieron atención médica inmediata a bordo.
Sin embargo, las experiencias traumáticas de los pasajeros pintan un cuadro aún más desgarrador. Uno de ellos describió la situación como un calvario, donde el miedo a la muerte era palpable. Otros relataron cómo pasaron dos días atrapados en sus camarotes, con chalecos salvavidas puestos y escribiendo notas de despedida a sus seres queridos, en caso de que la situación se tornara aún más desesperada.
La historia de Jan Bendall, de 75 años, y su esposo es representativa de la angustia vivida a bordo. Permanecieron en su cabina, aferrándose a la vida mientras el barco se balanceaba violentamente en medio de la tormenta. Según Jan, la voz del capitán instó a los pasajeros a permanecer en sus lugares o acostarse en el suelo, mientras el barco se tambaleaba peligrosamente en el mar agitado.
A pesar de la pesadilla vivida, la compañía de cruceros aseguró que se tomarán todas las medidas necesarias para revisar los protocolos de seguridad y evitar que incidentes similares vuelvan a ocurrir en el futuro. Mientras tanto, los pasajeros afectados por este evento traumático podrán regresar a sus hogares, esperando encontrar consuelo y calma después de este episodio aterrador en alta mar.
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