La situación en la región es preocupante. La población palestina en Gaza enfrenta una creciente desesperación debido a la escasez de agua y alimentos. Muchos se ven obligados a recurrir a fuentes de agua contaminada, lo que aumenta el riesgo de enfermedades. Los hospitales en Gaza están al borde del colapso debido a la falta de suministros básicos como agua, electricidad y medicamentos. Además, cientos de miles de palestinos buscan comida mientras continúan los bombardeos por parte de Israel en represalia por el ataque de Hamás el fin de semana pasado.
La vida de miles de pacientes está en peligro, y las Naciones Unidas y mediadores buscan un cese al fuego para permitir la entrada de ayuda humanitaria desde Egipto. Israel ha cortado el paso de suministros durante más de una semana, y la atención se centra en el cruce fronterizo de Rafah entre Gaza y Egipto, donde los camiones con suministros esenciales esperan para ingresar a Gaza. Sin embargo, este cruce está cerrado debido a los ataques aéreos israelíes.
A medida que aumentan los temores de una posible ofensiva terrestre israelí en Gaza, existe la preocupación de que el conflicto pueda expandirse. Además, Israel ha evacuado zonas cerca de la frontera con el Líbano debido a enfrentamientos con el grupo guerrillero Hezbollah respaldado por Irán.
El Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha lanzado advertencias a Irán y Hezbollah, instándolos a no poner a prueba a Israel. En este contexto, se han lanzado cohetes desde Gaza hacia Jerusalén y Tel Aviv, lo que ha llevado a evacuaciones y tensiones adicionales.
Hasta el momento, este conflicto ha sido el más mortífero para ambas partes en Gaza. Según el Ministerio de Salud palestino, al menos 2,778 personas han muerto y 9,700 han resultado heridas en Gaza. Más de 1,400 israelíes han perdido la vida, en su mayoría civiles, como resultado del ataque de Hamás el 7 de octubre. Además, las fuerzas israelíes informan que al menos 199 rehenes fueron llevados a la fuerza a Gaza, una cifra mayor de lo que se estimaba inicialmente. El jefe de la agencia de seguridad israelí Shin Bet, Ronen Bar, ha asumido la responsabilidad por no haber previsto el ataque de Hamás.
Por: Ingrid Castillo
