El presidente de Argentina, el libertario Javier Milei, ha disuelto la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y la ha sustituido por la Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE) que se subordinará directamente a él. Ha tomado la decisión tras una investigación que ha determinado que la AFI “fue utilizada para actividades espurias como el espionaje interno, el tráfico de influencias y la persecución política e ideológica”.
La noticia la ha dado la Oficina del Presidente a través de su cuenta de X. “La desnaturalización del rol de la agencia de inteligencia durante décadas fue total; lejos de poner sus recursos al servicio de la protección del pueblo argentino, el organismo fue utilizado para actividades espurias como el espionaje interno, el tráfico de influencias y la persecución política e ideológica”, registra el comunicado.
Agrega la nota que “sin una supervisión efectiva, producto de intervenciones que se extendieron durante años, la proliferación de estas conductas constituyó una deuda con el sistema democrático y republicano que hoy comenzamos a saldar”.
Al frente del SIDE continúa el actual interventor del aparato de Inteligencia, Sergio Neiffert, que el pasado junio relevó en el cargo a Silvestre Sívori.
Las agencias de nueva creación están constituidas por el Sistema de Inteligencia Argentino (SIA), la Agencia de Seguridad Nacional (ASN), la Agencia Federal de Ciberseguridad (AFC) y la División de Asuntos Internos (DAI).
