En un giro sorprendente de los acontecimientos diplomáticos, la reciente irrupción en la embajada de México en Ecuador ha dejado al descubierto una trama inesperada.
La noche del 5 de abril de este año, las autoridades ecuatorianas ejecutaron un asalto a la sede diplomática en Quito, desencadenando una serie de críticas y condenas internacionales por lo que se percibió como una violación flagrante de la soberanía nacional. Pero lo más impactante aún fue la revelación de que la mente maestra detrás de esta operación fue nada menos que una mexicana.
Mónica Rosa Irene Palencia Núñez, la ministra de Gobierno de Ecuador, ha sido señalada como la responsable de ordenar la entrada forzada a la embajada mexicana. Nacida en Durango, México, con 20 años de residencia en Ecuador,Palencia adquirió la nacionalidad ecuatoriana apenas en noviembre de 2023, cuando el presidente Daniel Noboa reconoció sus supuestos «aportes significativos» a la sociedad ecuatoriana. Aunque se desconoce si renunció oficialmente a su nacionalidad mexicana, esto plantea la posibilidad de que posea una doble ciudadanía.
Con una trayectoria marcada por sus estudios en derecho y una larga residencia en Ecuador, Palencia ha sido una figura influyente en la política y el sistema judicial del país. Se desempeña como Ministra del Gobierno y ha sido reconocida por sus contribuciones en el ámbito académico, con especializaciones en Criminología y Derecho Penal.
Sin embargo, su presunta participación en el asalto a la embajada ha generado una oleada de indignación y llamados a la acción.
Internautas y ciudadanos han exigido que sea investigada y juzgada por traición a la patria en México, destacando la ironía de que una compatriota mexicana sea responsable de un acto tan grave contra su propia nación.
El escrutinio sobre Palencia se intensifica a medida que se revelan más detalles sobre su pasado y su papel en el gobierno ecuatoriano. Su ascenso a la ciudadanía ecuatoriana ha sido cuestionado, y su supuesta doble lealtad ha suscitado debates sobre los límites de la lealtad nacional en un mundo cada vez más interconectado.
En medio de la controversia, queda claro que el caso de Mónica Palencia Núñez plantea preguntas profundas sobre la identidad, la lealtad y la responsabilidad en el ámbito político. Su historia, como la de tantos otros, es un recordatorio de que las fronteras nacionales pueden ser permeables, pero las lealtades personales siguen siendo motivo de intensos debates y dilemas éticos.
