El monto de 130 Bolívares se mantiene inalterado desde 2022 y se complementa con bonos de hasta $160 que no inciden en beneficios laborales
CARACAS, VENEZUELA. — El salario mínimo en Venezuela se redujo este martes a apenas medio dólar ($0.50) por mes, según la tasa de cambio oficial del Banco Central de Venezuela (BCV), donde el dólar se ubicó en 262 bolívares.
Este monto, que es el único que incide en el cálculo de beneficios laborales como vacaciones y utilidades, se ha mantenido en 130 bolívares desde marzo de 2022, cuando su valor inicial era de aproximadamente 30 dólares.
Bonos sustituyen al salario básico
Debido a que es «prácticamente imposible» vivir con el salario mínimo, el Gobierno ha optado por complementarlo con bonos gubernamentales, los cuales no tienen incidencia en el cálculo de beneficios laborales:
- Bono de alimentación: $40
- Ingreso de guerra económica: $120
- Total de bonos: Hasta $160 para empleados públicos.
El Gobierno defiende esta estrategia como una medida «novedosa» para «combatir la guerra económica, el bloqueo y las sanciones» y «evitar la inflación». Sin embargo, la ONG Provea recuerda que la Constitución obliga al Estado a garantizar un ingreso suficiente ajustado periódicamente al costo de la canasta básica, cuyo valor en abril era de $503.73, según Cendas-FVM.
Inviabilidad de aumentar el salario
Un economista consultado (que pidió el anonimato) explicó que la baja productividad y los altos costos operativos de la economía venezolana hacen que un aumento significativo del salario mínimo sea «inviable» por dos razones:
- Volumen de dependientes: La nómina pública (alrededor de 5.5 millones de empleados, según Transparencia) más los 4.5 millones de pensionados (quienes también reciben medio dólar al mes) suman una cantidad masiva de personas dependientes del Estado.
- Falta de recursos: Un aumento del salario a $250 mensuales para toda esta población «excedería con creces la totalidad de los ingresos por exportación petrolera y recaudación tributaria» de Venezuela.
El experto concluyó que, aunque podría haber margen para un aumento moderado debido a los mayores ingresos estatales respecto a años anteriores, no hay suficientes recursos para elevar el salario a magnitudes que cubran el costo de vida.


