El presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo, denunció ayer que se está gestando un golpe de Estado en el país, a poco menos de cuatro meses para su investidura.
Arévalo, quien ganó la segunda vuelta electoral con 58% de los votos, acusó a un grupo de políticos y funcionarios corruptos de intentar “violar la justicia misma, burlando la voluntad popular expresada libremente en las urnas el 20 de agosto”.
La denuncia se produce cuatro días después de que la justicia inhabilitó a Movimiento Semilla, el partido de Arévalo, por supuestas irregularidades en su financiación.
“Estas acciones constituyen un golpe de Estado que es promovido desde las instituciones que deberían de garantizar la justicia en nuestro país”, dijo Arévalo.
La Fiscalía, el Tribunal Supremo Electoral y el Congreso, todos ellos controlados por la élite política y empresarial, han sido señalados de estar detrás de la inhabilitación de Movimiento Semilla.
La OEA, la Unión Europea y Estados Unidos han condenado las acciones contra el partido de Arévalo y han pedido respetar la voluntad popular.
Arévalo ha llamado a todos los guatemaltecos que rechazan la corrupción y el autoritarismo a unirse en defensa de la democracia.