La Suprema Corte resolverá sobre el caso Luis de Llano vs. Sasha Sokol

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En la Primera Sala se discutirá si los abusos sexuales infantiles pueden ser demandados décadas después

El próximo 25 de junio, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) discutirá un proyecto de sentencia que podría sentar un precedente histórico en la justicia civil mexicana: declarar que los casos de abuso sexual infantil no prescriben, permitiendo que las víctimas puedan demandar por daño moral incluso muchos años después de los hechos.

El proyecto, elaborado por el ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo, propone negar el amparo directo solicitado por el productor Luis de Llano Macedo, quien fue condenado en 2023 por daño moral tras haber sostenido una relación con la cantante Sasha Sokol cuando ella tenía 14 años y él 39.

La sentencia que se busca confirmar fue emitida por la Séptima Sala Civil del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, que reconoció que existió abuso y que el tiempo no debía ser obstáculo para la reparación del daño. El caso ha generado atención nacional no solo por los personajes involucrados, sino por las implicaciones legales de fondo.

De Llano argumentó en su defensa que la demanda ya no era válida debido al tiempo transcurrido. Según el Código Civil de la Ciudad de México, el plazo para exigir reparación del daño moral es de dos años. Alegó además irregularidades en el juicio, como la supuesta falta de pruebas directas, errores procesales y un uso indebido de la perspectiva de género.

Sin embargo, el proyecto del ministro Pardo considera que todos esos argumentos son “infundados e inoperantes”. La propuesta destaca que el uso de perspectiva de género y la comprensión del carácter oculto del abuso sexual justifican que no se exija una prueba directa y que el plazo para demandar no comience a correr hasta que la víctima esté en condiciones reales de entender y procesar el daño sufrido.

En ese sentido, el proyecto establece que exigir un término de prescripción en estos casos vulneraría derechos fundamentales como el acceso a la justicia, la integridad personal y el derecho a una vida libre de violencia.

Sasha Sokol denunció públicamente en 2022 que Luis de Llano abusó de ella cuando tenía 14 años y él 39. Aunque inicialmente un juez ordenó una reparación por daño moral con base en las declaraciones públicas del productor, ella apeló solicitando que también se reconociera el daño derivado del abuso en sí. El tribunal le dio la razón, y fue entonces cuando De Llano promovió un amparo para intentar revertir la decisión.

Lo que está en juego no es solo el futuro del caso De Llano, sino una posible transformación en la forma en que el derecho mexicano aborda los abusos sexuales cometidos durante la infancia. De aprobarse el proyecto, se abriría la posibilidad para que muchas otras víctimas —silenciadas por años de trauma o miedo— puedan finalmente acudir a los tribunales sin que el tiempo juegue en su contra.

Esta decisión podría marcar un antes y un después en la relación entre el sistema legal y las infancias vulneradas. La Corte tendrá ante sí no solo un caso jurídico, sino un dilema profundamente humano: si el reloj de la ley puede seguir ignorando el tiempo que necesita una víctima para romper el silencio.

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