El estreno de María en Cannes ha causado controversia de nuevo y revela nuevos detalles sobre el rodaje de la legendaria cinta de Bertolucci
Este martes en el Festival de Cannes se estrenó María, dirigida por Jessica Palud, una película que aborda uno de los capítulos más oscuros en la historia del cine: el rodaje de El último tango en París y la traumática experiencia de María Schneider. La película, protagonizada por Matt Dillon en el papel de Marlon Brando y Anamaria Vartolomei como María Schneider, llega en el 52º aniversario del estreno de la controvertida cinta de 1972.
El último tango en París, dirigida por Bernardo Bertolucci, se ha mantenido en el centro de la polémica durante décadas. Con un costo de producción de 1 millón de dólares y una recaudación de 96 millones, fue tanto un éxito comercial como un punto de inflexión en la carrera de sus protagonistas. Marlon Brando recibió elogios por su actuación, mientras que la vida de María Schneider, de tan solo 19 años en ese momento, se vio irremediablemente afectada.
María explora en profundidad el impacto devastador de una de las escenas más infames del cine: la escena de la mantequilla. Según reveló Schneider en 2006, esta escena no estaba en el guion original y fue impuesta sin previo aviso. Aunque no fue una violación física, Schneider se sintió violada y ultrajada, y las lágrimas que se ven en pantalla son reales. La falta de consentimiento y el abuso de poder que sufrió marcaron su vida, llevándola a problemas de drogas, sexo y múltiples internamientos psiquiátricos. Schneider falleció en 2011 a los 58 años, víctima de cáncer de pulmón.
Basada en la novela de Vanessa Schneider, prima de María, publicada en 2018, María no solo retrata los eventos traumáticos del rodaje sino que también destaca la lucha de Schneider por ser escuchada en una industria que inicialmente la desestimó. El movimiento #MeToo y la creación del puesto de “supervisor de intimidades” en los sets de filmación son un reflejo de los cambios necesarios para evitar abusos como el que ella sufrió.
Bertolucci, quien años después intentó justificar su decisión, nunca fue perdonado por Schneider. Brando, aunque fue una figura paterna para ella, también fue parte de esta experiencia traumática. María nunca volvió a hablar ni ver a Bertolucci.
El estreno de María en Cannes no solo es una ficción poderosa, sino también un recordatorio de la importancia de proteger la dignidad y los derechos de los actores. En 2024, se hablará mucho sobre esta película y otros casos similares, reflejando una industria en constante evolución y reflexión.
